Kylian Mbappé ha sido uno de los nombres del verano tras su no fichaje por el Real Madrid y su renovación con el Paris Saint-Germain hasta 2025. Sin embargo, el delantero empieza a arrepentirse de su decisión. El inicio de temporada del jugador está siendo bastante convulso en el Parque de los Príncipes.

En las semanas antes de concretar su renovación con el PSG, Mbappé puso una serie de condiciones sobre la mesa de Leonardo y de Nasser Al-Khelaïfi. La más importante pasaba por ser la estrella absoluta del equipo. El líder indiscutible del vestuario  y tener voz y voto sobre las decisiones relacionadas con los fichajes. En otras palabras, exigió poder en el equipo francés y en la toma de decisiones.

La renovación de Mbappé venía con condiciones

Unas exigencias que los responsables del club galo aceptaron. Querían retener a Mbappé a toda costa y cedieron a todas sus pretensiones. No obstante, Kylian se ha encontrado con un problema que no esperaba. La alianza entre Leo Messi y Neymar está trayendo de cabeza al ex del Mónaco.

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Neymar / Foto: Europapress

Messi y Neymar están eclipsando al delantero francés, al que empiezan a sentarle mal los desplantes del argentino y el brasileño. Buena prueba de ello la tenemos en el gesto que protagonizó el pasado fin de semana.

El gesto que destapa el malestar de Mbappé

En un contraataque, el delantero reclamó el balón. Quería marcar después de haber fallado un penalti. Pero la jugada viró hacia la otra banda, lo que indignó a Mbappé. Este dejó de correr mientras emitía un gesto de desaprobación a la jugada.

El delantero empieza a estar cansado de que la dupla que ya compartió vestuario en el FC Barcelona le esté dejando en un segundo plano. Esta ecuación no entraba en sus planes y le tiene bastante quemado. Tanto que hasta la madre del futbolista ha mandado un aviso a los responsables del PSG, a los que recuerda las condiciones que puso su hijo para renovar y ante los que destapa una conspiración interna que está dejando al delantero en segundo plano, lo que a su vez no hace más que perjudicar al club francés. Sobre todo si entre sus objetivos está presentar candidatura a la Champions League. Porque ha quedado demostrado que solo con Messi, la orejuda es imposible.