Marc Casadó vive un momento delicado en el FC Barcelona. Es un jugador valorado y respetado. Pero sin espacio real. El centro del campo azulgrana está saturado. Hay nombres consolidados. Y hay una exigencia inmediata que no perdona. Casadó entrena bien. Cumple. Pero no juega. Y a estas alturas de la temporada eso empieza a ser un problema para el futbolista.
Hansi Flick ha sido claro desde el primer día. Quiere rendimiento inmediato. Y tiene confianza total en los que ya están listos. Pero ofrece poco margen para procesos largos. Casadó lo sabe y lo entiende. Pero no lo comparte del todo. Cree que puede aportar más. Cree que merece minutos. Ya demostró el año pasado, durante la lesión de Frenkie de Jong, que está más que preparado para asumir la titularidad. O, al menos, ser uno de los primeros en las sustituciones. Y siente que su rol actual es demasiado secundario para su edad y su proyección.

El Barça se plantea ceder a Marc Casadó en enero
En el Barça no dudan de su talento,de su lectura táctica o de su capacidad para ordenar el juego. Pero la realidad manda. La competencia es feroz. Cada partido es una final. El margen de error es mínimo. Y Flick es de los prudentes. De los que prefiere arriesgar en menor medida en sus alineaciones. Por eso, desde los despachos, se empieza a hablar de salidas. De cesiones. De escenarios alternativos para crecer.
Ahí aparece el Mallorca. Un club atento. Bien gestionado. Con un proyecto estable. En Son Moix ven en Casadó un perfil ideal, tal y como afirman fuentes periodísticas de la isla balear. Un mediocentro con criterio, con personalidad y con margen de mejora. Le ofrecerían minutos, continuidad y responsabilidad. En definitiva, el papel protagonista desde el primer día que no tiene en el Barça.

Casadó, de momento, prefiere quedarse
El interés es real. Pero no es correspondido del todo. Porque Casadó no lo ve claro. No ahora. No en este momento. El jugador no está convencido de dar ese paso. Considera que puede aspirar a algo más. O a un contexto distinto. No rechaza salir. Rechaza ese destino concreto.
Desde su entorno lo tienen claro. Quieren una cesión que sea estratégica. Que encaje en su estilo. Que le permita crecer sin alejarse del foco. El Mallorca gusta a muchos. Pero no termina de seducirle a él. No por nivel. Sino por encaje deportivo y expectativas personales.
El Barça, mientras tanto, no forzará nada. La idea es proteger al jugador y no improvisar. Sobre todo en una temporada en la que las lesiones han sido el gran lastre del primer tramo. Pero no se descarta nada.
Barça y Mallorca mantienen una sintonía excelente. Han cerrado operaciones beneficiosas. Han compartido visiones y han facilitado crecimientos. Casos recientes lo demuestran. Hay confianza y diálogo. Y hay voluntad de repetir fórmulas de éxito.
Pero esta vez no será automático. Casadó tiene voz. Y quiere decidir. El desenlace aún no está escrito. Pero una cosa está clara. Marc Casadó no quiere ir al Mallorca. Al menos, por ahora.