El fichaje de Nico Williams parece estar cada vez más cerca del FC Barcelona. El extremo del Athletic Club ha dejado claro que quiere vestir de azulgrana, Deco trabaja desde hace semanas en su incorporación y hasta Lamine Yamal se ha implicado personalmente para convencerle. Sin embargo, cuando todo parecía encaminado, Joan Laporta ha activado las alarmas en la directiva y el cuerpo técnico con una reflexión que nadie esperaba.

Y es que en el seno del club ha comenzado a circular una preocupación creciente: el impacto que la llegada de Nico Williams pueda tener sobre Lamine Yamal, la joya más valiosa del proyecto actual. Aunque ambos mantienen una excelente relación dentro y fuera del campo —algo que, en principio, debería ser positivo—, desde el entorno se ha advertido del riesgo de que el vestuario vuelva a convertirse en un "club de amigos", como ya ocurrió en otras épocas recientes del Barça.

Lamine Yamal Nico Williams EFE
Lamine Yamal Nico Williams EFE

Temor a la relajación de Lamine

La preocupación central se basa en el temor a que Lamine, con solo 17 años, pueda verse envuelto en una dinámica de confianza excesiva, distracciones o pérdida de foco competitivo. En el club saben que su entorno ha sido muy bien controlado hasta ahora y que su evolución ha sido meteórica, pero también reconocen que la llegada de un amigo cercano podría modificar su rutina, su actitud o incluso su rol en el vestuario.

Lamine y Nico no solo comparten selección, sino también amistades, afinidades y una manera muy parecida de vivir el fútbol. En los pasillos del club hay quien recuerda cómo la convivencia entre futbolistas demasiado cercanos afectó negativamente al rendimiento del equipo en tiempos pasados. La directiva no quiere repetir errores.

El fichaje se enfría... por precaución

Aunque técnicamente Nico encaja perfectamente en el estilo que busca Hansi Flick, y su entendimiento con Lamine sobre el campo es evidente, Laporta ha pedido que se estudien a fondo todos los escenarios antes de ejecutar el fichaje. No se trata solo del alto coste económico —los 60 millones de cláusula— sino del posible coste estructural a medio plazo si el equilibrio del grupo se ve afectado.

El presidente no está en contra del fichaje, pero quiere garantías de que la llegada de Nico no supondrá una distracción para la gran apuesta de futuro del club, Lamine Yamal. Se quiere evitar una situación en la que los jóvenes talentos se sientan excesivamente cómodos y pierdan competitividad.

Lamine Yamal i Nico Williams   GTRES
Lamine Yamal i Nico Williams GTRES

Deco, más optimista

Por su parte, Deco mantiene la firme intención de cerrar la operación. Cree que Nico puede ser clave en la banda izquierda y que su conexión con Lamine sería más una virtud que un problema. El director deportivo considera que tener referentes jóvenes, con química dentro y fuera del campo, puede acelerar el crecimiento del proyecto de Flick.

El debate está servido en la cúpula culé, y la decisión final la tendrá Laporta, quien quiere evitar que el vestuario pierda jerarquía o estructura por una "generación de amigos" sin el rigor necesario.

Mientras tanto, Nico espera noticias. Y Lamine también. Lo que parecía un fichaje casi cerrado podría tardar más de lo esperado. Y todo por un detalle invisible, pero decisivo: la gestión emocional y estructural del vestuario del futuro Barça.