El Girona no puede con el Córdoba y con unos desastrosos primeros quince minutos los de Pablo Machín han dejado escapar un partido en que podrían haber sacado un mejor resultado. El 2-1 final, sin embargo, todavía es un buen resultado a pesar del mal inicio de partido que auguraba lo peor.
Descentrados y sin las ideas claras. Los gerundenses han salido al terreno de juego sin ánimo de partido grande como era este. La ida de las semifinales del play-off de ascenso a Primera es una motivación extra para todo jugador. Al inicio del partido, no lo parecía para el Girona.
Dos goles de Xisco en el minuto ocho y once de partido, dejaban el marcador con un 2-0 complicadísimo de encajar para los aficionados del Girona. Al equipo le faltaba control, ser sólidos en defensa y jugar a fútbol. Han tenido fortuna porque en el minuto 23 una falta a favor del Córdoba ha acabado con un palo que habría supuesto el tercer gol de los locales en el caso de haber ido unos centímetros más al lado.
Una reacción obligada
Llegando al minuto 30, los gerundenses todavía no habían creado ninguna ocasión de gol. Cuando la han tenido, han conseguido recortar distancias. En el minuto 29, Cristian Herrera ha aprovechado una pelota suelta dentro del área para marcar el gol de la esperanza. El partido ha cambiado y el Girona ha sido el Girona.
Los de Machín han vuelto a jugar al fútbol ofrecido durante la temporada. Sin arriesgar, creando ocasiones y, sobre todo, siendo fuertes en defensa. El resultado no se ha movido y el Girona, a pesar de merecer más después de una muy buena segunda mitad, consigue un buen resultado.
Todo se decide en Montilivi
Un 2-1 a favor de los andaluces ha sido un resultado justo y que lo deja todo abierto por el partido de vuelta en Montilivi. La siguiente gran final será el domingo a las 19h.