El FC Barcelona de Hansi Flick se juega este martes ser o no ser en la máxima competición continental. Los azulgrana disputan la vuelta de las semifinales en el Giuseppe Meazza contra el Inter de Milán, en un partido que supondrá el pase a la final de la Champions League para uno de los dos. El empate a 3 goles de la ida lo ha dejado todo en el aire.
Una cita para la que Flick tendrá que hacer encaje de bolillos para diseñar el once. Sobre todo en la defensa. Con Jules Koundé y Alejandro Balde lesionados, el míster tendrá que recurrir a un plan B para las bandas. Eric García se perfila como el lateral derecho. El canterano ya disputó algunos minutos en esa posición en el partido de ida contra el Inter tras lesionarse Koundé. Y todo apunta a que Eric será el elegido.
Hansi Flick ultima los detalles del once inicial contra el Inter de Milán
Mientras tanto, en la izquierda existe la duda de si jugará Gerard Martín, que no convence a Flick, o Íñigo, una opción más fiable, pero que deja el centro de la defensa sin la dupla de lujo que forman el vasco y Pau Cubarsí. En el caso de que Íñigo juegue en la izquierda, Ronald Araújo pasaría a ocupar el centro de la zaga.

También hay dudas en la delantera. Lamine Yamal y Raphinha son fijos. Está por ver si Robert Lewandowski finalmente está para entrar de titular o si entra Ferrán Torres y el polaco se queda en el banquillo como revulsivo.
Gavi está molesto con Flick
Donde no hay tantas dudas es en el centro del campo. Aquí la apuesta es segura. Jugarán Frenkie de Jong y Pedri en la base, con Dani Olmo como enlace con la delantera. Una opción que tiene algo molesto a Gavi. El joven canterano pensaba que tendría más protagonismo tras recuperarse de su larga lesión, pero se ha quedado rezagado entre las prioridades del técnico. Y el no ser titular indiscutible en partidos importantes como el del Inter le tiene molesto con el staff.
Obviamente, Gavi lo dará todo en los minutos que le toque jugar. Seguirá siendo un jugador de garantías que morirá en el campo por el escudo. Pero esperaba tener más peso en los planes de Flick, tanto por la buena relación que ha tenido con él como por el trabajo que realiza a diario en los entrenamientos, en los que no se deja ni una gota de sudor.