Roberto Soriano y Bakambu han amargado en forma de goles la visita del Espanyol en el Estadio de la Cerámica y, al mismo tiempo, han alejado el equipo perico de las plazas europeas. Aunque estos han demostrado estar a la altura competitiva del Villarreal, los locales no han dejado escapar los tres puntos de su campo y sueñan con la Champions.

"Ánimo Asenjo"

Una camiseta de ánimos a Sergio Asenjo vestía a los jugadores del Espanyol en el momento de saltar sobre el césped del Estadio de la Cerámica. En un bonito gesto después de la grave lesión que sufrió el pasado fin de semana el portero del Villarreal, el detalle ha estado enormemente aplaudido entre los espectadores y representantes de la entidad valenciana. Y ha demostrado que hay cosas que trascienden de la competición puramente futbolística.

Un once de casa

Melendo y Marc Roca, dos jugadores con ficha del filial, salían en el once inicial de un Espanyol que conocía la necesidad de obtener un buen resultado para seguir mirando hacia Europa. Y que lo tendría que hacer, o al menos intentarlo, con seis hombres hechos en casa como titulares. No obstante, la salida del equipo ha sido calcada a la de Balaídos: ceder la iniciativa al rival y confiar las opciones propias al contraataque. Y el Villarreal no se ha opuesto.

Como contra el Real Madrid y el Celta, cuando los blanquiazules juegan a domicilio se convierten en un equipo indolente ofensivamente a pesar de mantener la solidez atrás. No encaja muchos goles ni sufre en exceso, pero no genera el peligro necesario. Sin embargo, los de Quique Sánchez Flores han ido de menos a más durante los primeros 45 minutos y han acabado contando con alguna oportunidad. Incluso con un gol, convertido por Gerard Moreno, pero el árbitro se lo ha anulado por falta previa a Víctor Ruíz.

El Villarreal, sin embargo, también ha tenido sus acciones para adelantarse en el marcador: Diego López ha cogido con la mano en la frontal del área pequeña una pelota procedente de un compañero y De Burgos Bengoetxea ha señalado tiro libre indirecto. Soldado ha sido el encargado de intentar perforar la portería defendida por Diego pero su disparo se ha estrellado contra la barrera. Bien defendidas, conseguir marcar en estas situaciones es una tarea más que complicada.

El muro no es infranqueable

Cuando parecía que la primera parte finalizaría con tablas, el partido ha ganado en dinamismo y oportunidades y los equipos han dejado de contenerse. Diego López ha tenido que intervenir prodigiosamente para detener el remate de Soriano y Andrés Fernández ha tenido que hacer lo mismo con uno de Jurado. Y justo antes del final del tiempo reglamentario, el mismo Soriano ha conseguido batir al portero madrileño del Espanyol con una definición con la rodilla. Se llegaba al descanso y los pericos tenían que reaccionar.

Las necesidades de uno y otro equipo han condicionado el primer cuarto de hora de la reanudación. El Villarreal ya no buscaba con tanta intención la portería visitante y, en cambio, el conjunto blanquiazul se ha mostrado con ganas de alejar la pelota de su campo. Querer, sin embargo, no es poder, y ni las modificaciones en el espíritu ni la aparición en escena de Caicedo se han traducido en la presencia ofensiva que se precisaba. Se había cambiado el panorama, pero sin que eso tuviera un efecto relevante en el partido.

Si Quique Sánchez Flores explicaba antes del inicio del partido que "soñar a lo grande es mejor que soñar en pequeño", el conjunto valenciano ha despertado al Espanyol. No se ha visto excesiva diferencia entre ambos equipos, pero sí que es necesario demostrar cierto oficio si se quiere luchar por plazas europeas en la Liga Santander. Prueba de eso es que, a pesar de tener el dominio del esférico, eran los de Josep Alcácer (segundo entrenador del sancionado Escribá) los que contaban con las ocasiones más importantes.

Diego López es humano

Los últimos minutos, además, han vuelto a disputarse en campo visitante. Manu Trigueros ha fregado el gol en dos oportunidades pero Diego López no le ha concedido el honor de sentenciar el partido. Sí que lo ha hecho, pero, justo después de la segunda, cuando Bakambu ha recogido su parada, ha disparado a portería y lo ha batido. Juego, set y partido. El segundo gol del Villarreal acababa con cualquier aspiración.

El resultado no se ha movido y los tres puntos se han quedado en la Comunidad Valenciana. La victoria permite al Villarreal acercarse a la zona Champions, mientras que sirve al Espanyol como una demostración de que la lucha para coger el tren de Europa no será fácil. Nadie dijo que lo sería.