El Espanyol ha despedido la temporada en el RCDE Stadium con una victoria contundente, por el resultado y por las sensaciones, contra el Málaga (4-1). Los blanquiazules no han tenido piedad de los andaluces, que ya han llegado a Cornellà como equipo de Segunda División, en un duelo en que Gerard Moreno ha vuelto a brillar con luz propia. Los pericos acaban la penúltima jornada de la Liga Santander en decimotercera posición.

Otro equipo

Hablar de la mejora de juego del Espanyol es sinónimo de hablar de Sergi Darder. El mediocampista llegó a Cornellà para convertirse en una pieza clave del esquema, pero la propuesta reactiva de Quique Sánchez Flores hizo disminuir su rendimiento. El mallorquín ha agradecido más que nadie la llegada de David Gallego al banquillo y el exjugador del Lyon mueve el equipo equipo (y los partidos) a su voluntad. Y el conjunto blanquiazul, en consecuencia, sale muy beneficiado de ello.

Y es que más allá de los números del nuevo entrenador perico (3 victorias y un empate en los cuatro compromisos disputados desde su llegada), el Espanyol parece otro equipo. Él tenía la receta contra la depresión, y esta no tenía nada que ver con la intensidad ni las ganas de sus futbolistas; tenía que ver con el hecho de basar el planteamiento en función de la pelota y no del contrincante. Nada es casualidad y, como reza el tópico, el fútbol siempre te acaba devolviendo lo que le das.

Si se analiza la victoria contra la Málaga con nombres propios, sin embargo, es evidente que una vez más se tiene que volver a destacar Gerard Moreno. El delantero de Santa Pèrpetua ha vuelto a ser el factor diferencial: sólo ha necesitado media hora de juego para marcar un gol y fabricar dos más. Sergio García y Leo Bapistao se han aliado con él y han convertido su magia en dos tantos para dejar muy tocado a un conjunto que hoy ha jugado su penúltimo partido en Primera. Aunque los rumores indican que lo más normal es qué Moreno no siga la próxima temporada, Chen Yansheng -que hoy ha visto su exhibición desde el palco presidencial- haría muy bien en hacer todos los esfuerzos del mundo para intentar retenerlo. El futuro deportivo (y el institucional) perico pasa por sus botas.

Fiesta goleadora

El Málaga, de penalti, ha recortado distancias en el marcador antes del descanso. El gol de Adrián, sin embargo, ha sido un espejismo y no ha provocado que los andaluces entraran en el partido. La reanudación ha sido un trámite, en primer lugar porque los visitantes tenían la cabeza más en lo que vendrá que en lo que estaba pasando sobre el césped y también porque el Espanyol no ha querido hacer sangre. Conseguir que la Rosaleda vuelva a ser escenario de Primera lo más rápido posible es la prioridad en Málaga y el final de este curso sólo tiene que servir para disfrutar de la máxima categoría del fútbol español.

A pesar de no apretar el acelerador, la superioridad del Espanyol ha sido abismal y los blanquiazules han merodeado la portería de Andrés Prieto durante toda la segunda mitad. El desánimo provocado por el descenso pesa demasiado a los futbolistas de José Manuel González López. Sólo la falta de acierto en los últimos metros ha impedido que el partido acabara con un resultado mucho más voluminoso. Sin embargo, Piatti sí que ha podido ver portería gracias a un inocente penalti que Rosales le ha hecho. El argentino ha sido mucho más listo que el defensa visitante y este último ha caído en su trampa.

Sea como sea, el Espanyol ha conseguido la victoria más sólida y contundente en términos futbolísticos del año y los de David Gallego siguen completando un final de temporada excelente en muchos sentidos. Sobre todo numéricamente, pues los catalanes han sumado 10 de los últimos 12 puntos posibles. Gerard Moreno, Sergio García y Leo Baptistao han puesto la diversión y los goles en una tarde de despido en el RCDE Stadium. Se baja el telón en Cornellà: la pelota no volverá a rodar hasta el próximo curso.