El Espanyol ha desperdiciado una ventaja de dos goles y ha empatado contra el Las Palmas, colista de la Liga Santander (2-2). Los de Quique Sánchez Flores han acabado pidiendo la hora y no han podido cambiar la dinámica de malos resultados. Pau ha parado un penalti en el tiempo de añadido para evitar la derrota blanquiazul.

La situación del Espanyol pedía cambios a gritos. Después de la derrota contra el Girona, el proyecto de Quique quedó más tocado que nunca y el partido contra el Las Palmas tenía que servir al entrenador madrileño para legitimar sus ideas. La alineación necesitaba un lavado de cara: David López ha vuelto en el medio del campo, Granero ha sido el acompañante de él y de Darder y Sergio García ha completado una formación con ocho jugadores formados en el plantel. Por necesidad o por convicción, la apuesta por los jugadores de casa siempre ha formado parte del ADN perico.

Abonados a Gerard Moreno

Las Palmas y el Espanyol se han encontrado en un partido entre necesitados. De aquellos en qué, como acostumbra a postular el tópico, hay más que tres puntos en juego. No numéricamente, pero sí en términos de dinámica. En la mente de los futbolistas sólo cabía la posibilidad de ganar; levantar la cabeza o hundirse, esta era la cuestión.

La primera mitad, sin embargo, ha destacado por el poco trabajo que han tenido Pau y Lizoain. El miedo a cometer errores ha ganado la partida a la voluntad de ir a buscar la victoria, aunque los de Quique han mostrado la versión más efectiva de las últimas jornadas. Dos jugadas aisladas han sido suficiente para demostrar que la calidad de la plantilla blanquiazul no es consecuente con su posición en la tabla.

El goleador, en cambio, ha sido el de siempre. Gerard Moreno ha olido la sangre que la fragilidad del Las Palmas desprendía y no ha tenido piedad del contrincante en dos jugadas de diferente ejecución pero de un guion similar. Pase en profundidad a espaldas de la defensa, conducción, asistencia y gol a portería vacía. Primero ha asistido Baptistao (20) y después Sergio García, que ha realizado una gran jugada individual (41). Viejos rockeros no mueren nunca.

Si el otro día los jugadores del Espanyol se tuvieron que marchar del campo entre silbatos de los aficionados, hoy han provocado que hayan sido sus rivales los que han abandonado el terreno de juego abucheados. Las sensaciones eran inmejorables.

Jugar con fuego y quemarse

La inocencia local parecía indicar que los pericos conseguirían la victoria más plácida de lo que llevamos de campeonato. El golpe psicológico que ha supuesto el resultado en el descanso ha dificultado la reacción de un equipo que, después de dos buenas temporadas en la élite, no acaba de encontrar su sitio en la Liga Santander. Sin ideas ofensivas y con muchos problemas de solvencia defensiva. Ante la situación, los visitantes se han limitado a dejar pasar los minutos para intentar culminar el asalto al Estadio de Gran Canaria.

Los catalanes tenían claro que la victoria era más importante que cualquier otra cosa, hecho por el cual el juego del equipo no ha destacado por ser brillante. Ganar a cualquier precio. Los jugadores pericos han demostrado implicación y ganas de cambiar la mala dinámica en la que se encontraban inmersos, pero su fútbol ha vuelto a decepcionar bastante. Paso atrás innecesario. Las pocas ganas de hacer daño al adversario han dado vida al Las Palmas.

Y los canarios lo han aprovechado. Un gol de Remy cuando faltaban diez minutos para el final ha espoleado a los aficionados y, sobre todo, ha hecho creer que la reacción era posible. Con más corazón que cabeza, los locales han sacado fuerzas de donde han podido y se han lanzado a por el empate. Y no sólo lo han conseguido (Calleri ha superado a Pau con un gran remate), sino que han tenido dos grandes oportunidades para acabar culminando la remontada. El travesaño ha evitado que un cabezazo de Remy superara a Pau y el mismo portero ha parado un penalti en el tiempo de añadido.

El Espanyol ha empatado, y gracias, un partido que tenía muy bien encaminado. Los blanquiazules han desperdiciado una ventaja de dos goles y han acabado pidiendo la hora para llevarse un punto de Las Palmas. Solo una victoria en los últimos siete compromisos. Sigue la racha de malos resultados.