Gerard Moreno ha decidido que el Espanyol tenía que ganar más allá del mal partido que ha hecho (1-0). El delantero blanquiazul ha entendido que lo importante era volver a sumar tres puntos para acabar con la mala racha de sólo una victoria en los últimos seis partidos y ha acercado a su equipo a las posiciones europeas.

Noche de rebajas y frío

'Black Monday' en la grada del RCDE Stadium. Los seguidores pericos no se han sobrepuesto al mal horario y al frío y el feudo blanquiazul ha presentado la peor entrada de la temporada, y de la historia del estadio en la Liga, con 11.756 aficionados. Con el que se disputará de aquí dos semanas contra el Girona, el Espanyol habrá jugado cuatro de los nueve partidos en su campo un lunes. Las cifras hablan por sí solas. Las quejas espanyolistas están más que justificadas.

El rival, además, tampoco invitaba al espectáculo. El Getafe ha vuelto a Primera con más resultados que fútbol. Los de Bordalás han convalidado la falta de talento con disciplina y un bloque compacto que ha encontrado en su punto fuerte las acciones en pelota parada (de hecho, en la actual temporada todavía no habían encajado ningún gol en este tipo de jugada).

No obstante, el Espanyol ha querido combatir la falta de efectividad de las últimas jornadas desde la estrategia y se ha estado a punto de salir con ello. El travesaño, otra vez, y una posición antirreglamentaria han evitado que Mario Hermoso y Gerard Moreno, respectivamente, adelantaran a su equipo antes del cuarto de hora de juego. Como en los últimos partidos en Cornellà, buen inicio sin premio. Seguir perdonando no es el mejor ingrediente para acabar de encontrar la fórmula correcta.

Más practicidad que juego

Espoleado por los errores locales, la reacción visitante no se ha hecho esperar. Jorge Molina se ha querido añadir a la lista de errores ofensivos y no ha aprovechado una grave pérdida de David López. De convertirse en gol, la propuesta reactiva madrileña se hubiera legitimado. Y más teniendo en cuenta que los blanquiazules siguen teniendo graves problemas cuando el contrincante les cede la pelota.

Susto y desconexión. La clara ocasión ha congelado (todavía más) al Espanyol y al RCDE Stadium y el partido se ha trasladado de las áreas al medio del campo hasta el final de la primera mitad. Las imprecisiones han pesado demasiado: en la reanudación se tenía que picar piedra.

Jurado y Sergio García no aparecían, Sergi Darder no podía ejercer de brújula del equipo como consecuencia de la buena vigilancia madrileña y Piatti seguía negado. La salida de los vestuarios no ha mejorado sensaciones y ha necesitado de una aparición puntual de Gerard Moreno para encauzar el partido. El de Santa Perpètua ha hecho gala de su oportunismo y ha rematado suavemente un centro de Piatti para superar a Guaita. Escenario ideal para defenderse y fiar las opciones al contraataque.

Jugar con fuego y no quemarse

El tanto ha reavivado el Getafe y los locales han dado un paso atrás. Los futbolistas pericos han entendido a la perfección que las sensaciones no dan puntos, pero los goles sí, y se han dedicado a defender la ventaja. Se han abonado a la practicidad en detrimento del fútbol. La suerte y el acierto visitante acabarían de dictar sentencia.

A pesar de las tímidas aproximaciones de su contrincante, el Espanyol vuelve a ganar un partido después de las derrotas en el campo del Alavés y contra el Valencia. Con la victoria, los blanquiazules han acabado la decimotercera jornada de la Liga Santander a sólo tres puntos de la séptima posición, la última plaza que, normalmente, garantiza el acceso a competiciones europeas.