La salida de Nico Williams del Athletic Club es ya un escenario asumido en los despachos de San Mamés. Aunque el FC Barcelona aún no ha podido formalizar la operación por sus restricciones financieras, en Bilbao se da por hecho que los culés acabarán abonando los 62 millones de euros de su cláusula de rescisión. La entidad rojiblanca no aceptará fórmulas de pago fraccionadas, y exige la cifra íntegra si el Barça quiere contar con uno de los extremos más determinantes de LaLiga.
Ante ese futuro ingreso, Ernesto Valverde y la dirección deportiva ya han delineado una estrategia clara: reinvertir con ambición y calidad para que el proyecto no se debilite. El técnico considera fundamental aprovechar la venta para fortalecer la plantilla en posiciones clave, y el club trabaja en varios frentes para construir un equipo competitivo.

Laporte, el regreso más simbólico
El primer gran nombre sobre la mesa es el de Aymeric Laporte, central internacional con pasado rojiblanco. El defensor, actualmente en el Al-Nassr saudí, no vería con malos ojos regresar a Bilbao. Su fichaje rondaría los 15 millones de euros, aunque su elevado salario es una barrera aún sin resolver.
Valverde ve en Laporte una pieza idónea para reforzar la defensa con liderazgo, experiencia y jerarquía. No es solo una cuestión emocional: su perfil encaja perfectamente en el estilo de juego del Athletic, y su retorno supondría un golpe de efecto tanto en lo deportivo como en lo simbólico.

Refuerzos jóvenes con proyección
Más allá de Laporte, el Athletic también se ha fijado en Jesús Areso y Aimar Oroz, dos talentos del CA Osasuna. El lateral derecho ha rechazado renovar con el club navarro y cuenta con una cláusula de 12 millones, lo que lo convierte en una opción atractiva aunque complicada. Oroz, por su parte, tiene contrato hasta 2029 y una cláusula de 30 millones, por lo que su fichaje requeriría una negociación dura.
Ambos encajan en la política del club: jugadores jóvenes, de proyección y con ADN navarro, plenamente alineados con la filosofía de cantera y proximidad que define al Athletic. La apuesta por este perfil busca garantizar un relevo generacional sostenido, sin renunciar a la competitividad inmediata.
Aunque la marcha de Nico Williams supondrá una pérdida importante para el ataque rojiblanco, en el Athletic ven la operación como una oportunidad estratégica para dar un salto de calidad. Con una inversión medida y ambiciosa, Valverde quiere que el equipo siga creciendo en Europa.