El Gran Premio de Singapur no ha dejado indiferente a nadie. Desde el principio del fin de semana se veía venir que iba a ser un domingo diferente, con los dos Red Bull lejos de las posiciones delanteras en un circuito muy complicado para adelantar. Tanto Max Verstappen como Checo Pérez fallaron en la quali de sábado, sirviendo en bandeja de plata a sus máximos rivales una victoria. Y Carlos Sainz era el máximo contendiente a relevar a Mad Max, como sucesor al trono en un trazado de Marina Bay, donde el neerlandés sigue sin saber lo que es ganar.

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Por primera vez en toda la temporada, ninguno de los dos Red Bull se ha subido al podio en un domingo aciago, para los intereses austriacos, después de rozar la perfección durante el transcurso del mundial. El piloto madrileño de Ferrari ha querido hacer buena su primera posición en la línea de parrilla, después de conseguir su segunda pole position consecutiva el sábado. Y así ha sido, después de una exhibición bajo los focos de Singapur, Sainz ha liderado las 62 vueltas para conseguir su segunda victoria de su trayectoria. Por contra, Fernando Alonso se hunde y ha acabado último.

Sainz se corona en Singapur

Desde el principio se sabía que, bajo la noche singapureña, iba a ser una lucha de estrategias para conseguir alzarse con la victoria, después de tener a Verstappen fuera de las quinielas. Sainz ha mantenido su privilegiada posición desde el principio, consolidando la primera plaza en la salida, con Charles Leclerc por detrás, debido a una mala salida de George Russell, que ha bajado a la tercera posición.

El español, consciente de la necesidad de gestionar los neumáticos para hacer una carrera larga y a una sola parada, ha ralentizado el ritmo, a sabiendas de que la victoria estaba en sus manos si jugaba bien sus cartas. Y ha sido su nombre el que ha brillado con luz propia, después de 62 vueltas luchando contra el desgaste de neumáticos y contra los Mercedes que han volado en el último tramo de carrera.

Ni el Safety Car por el accidente de Logan Sargeant, en la curva 7, ha variado el cambio de planes de un Ferrari que tenía muy claro lo que tenía que hacer. Sainz lo ha aprovechado para hacer la única parada de la noche, y tirar hasta el final con esos neumáticos duros que han estado a punto de ceder, después de más de 40 vueltas soportando el desgaste.

Sainz se exhibe y Alonso se hunde

Y es que desde Mercedes han querido asestar un golpe definitivo a Carlos Sainz con el Virtual Safety Car que ha aparecido cuando a Esteban Ocon se le ha parado el monoplaza. Pero Sainz ha sabido cuando apretar, y cuando aflojar y, gracias a su gran amigo Lando Norris, que le ha hecho de escudero y a quien le ha dado el DRS - y ha acabado en segunda posición - se ha podido defender de los ataques de Lewis Hamilton - tercero - y Russell - que en su ímpetu por alcanzar la gloria se ha ido contra el muro en la última vuelta.

Menos suerte ha tenido un Fernando Alonso que, contra todo pronóstico, ha acabado en última posición. Primero una penalización de 5 segundos, por no seguir las directrices del director de carrera al entrar al pit lane, después una lucha con un lento Checo Pérez, que junto a Max Verstappen, era el único que no había parado con el primer Safety Car, le han hecho perder mucho tiempo. Para más inri, una mala parada en boxes - el gato se ha quedado enganchado - y un trompo, en su ambición de recuperar alguna posición, han acabado de confirmar un domingo negro para un Alonso que tenía grandes expectativas en un circuito que históricamente se le ha dado bien.

Habrá que seguir esperando la 33 de Fernando Alonso, pero con la alegría de haber celebrado la segunda victoria de Carlos Sainz, y la 34 de los pilotos españoles en la Fórmula 1.