Si la noche estaba para celebrar Halloween y no que España volvía a tener el mismo “monstruo” de presidente, el Barça se puso un disfraz de ángel en lugar del de brujo que suele hechizar al rival en la mayoría de sus partidos, y no resultó pesadilla alguna para el Granada, colista del campeonato que llegó al Camp Nou con el balance de haber ganado sólo 3 puntos de 27 posibles.

Estaba la noche como para que Messi respondiera a los tres goles de Cristiano Ronaldo ante el Alavés, o que Luis Suárez aumentara su cuenta goleadora y Neymar deleitara como sus exquisitos regates. Pero la noche fue mala para los brujos del Barça, espesos durante casi todo el partido, que se estrellaron siempre en la barrera que puso el adversario.

El Granada cerró bien su portería, la blindó con una defensa de cinco jugadores y espantó a los eficientes goleadores blaugrana. Sólo Rafinha, otra vez él, el jugador de la camiseta número 12, evitó que la afición del Barça saliera encrespada por un empate de su equipo en casa el día que esperaba una gran goleada.

Las pócimas de Bartomeu

El gol de Rafinha tranquilizó a Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça, que durante todo el día supo hacer uso de todas las pócimas preparadas por su equipo de ejecutivos para controlar e hipnotizar a toda una asamblea de compromisarios que le aprobó todo lo que propuso.

Lo más horrible que se escuchó en la asamblea fue la voz de un socio pidiendo que le quitaran el nombre de Josep Lluís Núñez al Museu y lo rebautizaran con el de Johan Cruyff. Creo, de verdad, que si esa propuesta hubiera llegado a prosperar, en la noche de las brujas, Johan se hubiera levantado de allá donde estuviera para decir que él no es plato de segunda mesa y entonar un “no” aterrador que no hubiera dejado dormir nunca más al autor de la idea.

En un encuentro que estuvo cerca de llevarse el título de “horror de partido” -peor que el PSOE-, el público quiso divertirse y empujó hasta donde pudo. Quizás le hubiera ido mejor gritar todo el encuentro “Tebas, vete ya” en lugar de hacerlo sólo en el minuto 12 de los dos períodos, aún a riesgo que el Comité de Competición esta semana considere del género violento esas tres palabritas.

Siempre quedará la duda de si el Barça que venció al Granada por la mínima le pesaron las ausencias de Busquets e Iniesta o estuvo pensando más en el encuentro del próximo martes contra el Manchester City en Inglaterra. El caso es que en la noche de brujas, el Barça no metió miedo a nadie.