Las tres derrotas del Barça en este inicio de temporada tienen un denominador común: Andrés Iniesta. Los blaugrana se han dejado nueve puntos (seis en Liga y tres en Champions) sin Iniesta en el campo.

Rotaciones y lesión

Luis Enrique tiene muy claro que el capitán es uno de los activos diferenciales de la plantilla. Su edad (32 años) y un pasado marcado por las lesiones, obligan al técnico a dosificarlo. El objetivo es que Iniesta pueda llegar en condiciones al tramo decisivo de la temporada, época en que el Barça se jugará seguir vivo en las tres competiciones.

"Con Luis Enrique disfruto como nunca, tanto dentro como fuera del campo", aseguró el manchego en una reciente entrevista a Mundo Deportivo. De las declaraciones se desprende que todas las decisiones sobre cuánto y dónde juega Iniesta están plenamente consensuadas. En lo que llevamos de Liga, el futbolista ha sido uno de los menos utilizados.

Sin embargo, el técnico es consciente que prescindir del 8 es correr riesgos por todo lo que significa. Iniesta es el nexo entre el Tridente y el medio del campo.

El partido contra el Valencia en Mestalla abrió un nuevo escenario. Una entrada de Enzo Pérez le dejó fuera de combate, con una lesión parcial del ligamento lateral externo y de la cápsula posterior de la rodilla derecha. Entre seis y ocho semanas de baja que ya han obligado a Luis Enrique a buscar alternativas. Sin embargo, el entrenador ya había hecho inventos (fracasados) sin el manchego. En las únicas dos derrotas de Liga (contra el Alavés y el Celta), Iniesta empezó el partido en el banquillo.

EFE

La falta de control

En Inglaterra se hizo evidente a ojos de todo el mundo su ausencia. El equipo no se esconde y reconoce abiertamente que su lesión los perjudica. Aunque puede ser oportunista hacer este análisis después de la derrota contra el Manchester City, parece evidente que el Barça hubiera opuesto más resistencia en una segunda mitad donde perdió el norte. El capitán es todavía más importante cuando el equipo necesita hacerse fuerte con la pelota.

Cuando el City empezó a encadenar contragolpes, el medio del campo no supo encontrar la solución. A pesar de mantener una posesión estéril por la falta de ocasiones, el equipo nunca recuperó el control insultante de los primeros 45 minutos. En el Etihad Stadium, el factor Iniesta fue aún más determinante.