En el mundo en el que vivimos, en el que la inmediatez se lo lleva todo por delante como un tsunami, no tardó en viralizarse una noticia referente a los Juegos Olímpicos de Tokio.

Supuestamente, el comité organizador había instalado en la Vila Olímpica unas camas fabricadas con materiales reciclados con la particularidad de que soportan poco peso, lo que provoca que se rompan si alguien intentar mantener relaciones sexuales sobre ellas.

villa olímpica 2 Tokio 2020

Una de las habitaciones de la Vila Olímpica de Tokio / olympics.com

¿Realidad o 'fake new'?

La presunta noticia, muy jugosa, no tardó en hacerse viral, hasta convertirse en una gran bola de nieve. Varios medios de comunicación japoneses alertaron de que el tema de las camas antisexo era un bulo e incluso algunos usuarios de Twitter se quejaron de que la noticia era racista, pues caía de nuevo en los clichés que acompañan a los japoneses.

A pesar de las alertas, las quejas fueron silenciadas, pues era más noticiable pensar que realmente los japoneses, tan estrictos ellos, habían ideado unas camas para evitar relaciones sexuales entre deportistas.

McClenaghan mete el dedo en la llaga

Al final, sin embargo, las mentiras suelen topar con la cruda realidad, y esta no es otra que las camas antisexo no existen más allá que en la mente de algunos. Y la demostración la ha aportado el atleta irlandés Rhys McClenaghan, que una vez instalado en la Vila Olímpica ha hecho la prueba. 

El atleta se sube encima de la cama y empieza a dar saltos sobre ella. Nada. La cama ni se inmuta. 

"En el episodio de hoy sobre las noticias falsas de los Juegos Olímpicos, las camas antisexo que están hechas de cartón. Sí, que no resisten algunos movimientos fuertes. Son noticias falsas", concluye McClenaghan. Aviso para navegantes.

La Vila Olímpica más especial de la historia

Tokio ha diseñado una Vila Olímpica muy especial, adaptada a los tiempos de pandemia. Se trata de una espectacular instalación de 44 hectáreas situada en la Bahia de Tokio, cerca de buena parte de las sedes, y desde dónde los residentes tendrán unas espectaculares vistas de la skyline de la metrópoli japonesa. En total, hay 18.000 camas para deportistas olímpicos y 8.000 adaptados para paralímpicos.

A la hora de las comidas, se han construido varios comedores para minimizar el riesgo de contagio y planificado más de 700 menús diferentes, para contrarrestar el hecho que nadie podrá salir del recinto si no es para ir a competir o no entrenar. También se ha construido un recinto habilitado como clínica Covid-19.

Para minimizar el impacto de no poder salir de la Villa Olímpica, se ha creado una espectacular zona verde, por donde poder pasear, además de una zona para poder jugar en videojuegos e incluso una plaza con varias tiendas.

 

Imagen principal: las famosas camas de la Vila Olímpica de Tokio / COI