Ronald Araujo sigue siendo una de las piezas más valoradas del FC Barcelona, pero su futuro podría dar un giro inesperado en cuestión de semanas. En el club, y especialmente en la dirección deportiva liderada por Deco, ya están marcados en rojo los primeros días de julio, momento en el que la cláusula de rescisión del central uruguayo baja hasta los 60 millones de euros, una cifra asumible para varios gigantes europeos.
Aunque Araujo ha reiterado públicamente su deseo de continuar en el Barça y seguir siendo un referente defensivo bajo las órdenes de Hansi Flick, lo cierto es que en los despachos del club se contempla con atención la posibilidad de una salida si alguien decide ejecutar la cláusula. No es una opción prioritaria, pero tampoco sería vista como un drama.

Una situación sensible en clave mercado
La situación económica del club obliga a tomar decisiones difíciles, y la venta de un jugador con mercado como Araujo podría ser clave para desbloquear operaciones estratégicas, como la incorporación de Nico Williams. La ficha del central, además, es una de las más elevadas de la plantilla, por lo que su adiós también permitiría cierto margen de maniobra en términos salariales.
Desde la dirección deportiva, Deco ya ha sido informado de la fecha concreta en la que se activa la cláusula reducida y sabe que en esos días podría llegar una oferta irrechazable. Varios clubes de la Premier League y de la Bundesliga han preguntado por su situación en los últimos meses, aunque sin movimientos concretos. Sin embargo, los primeros días de julio podrían cambiarlo todo.
Araujo, feliz pero en el escaparate
Araujo, por su parte, se encuentra tranquilo y centrado en su preparación para la próxima temporada. Ha manifestado a su entorno que está feliz en Barcelona, tanto en el plano personal como deportivo, y que su prioridad es seguir. No obstante, también es consciente de que en el mundo del fútbol las decisiones no dependen únicamente de la voluntad del jugador.

Su nombre ha aparecido recurrentemente en el mercado en los últimos veranos, pero nunca se había llegado a un punto tan delicado como este. La activación de la cláusula reducida podría abrir un escenario en el que el Barça no tenga poder de negociación, algo que Deco y el club asumen con resignación.
Julio, mes clave
En definitiva, los primeros días de julio se presentan decisivos. Si algún club decide pagar los 60 millones, Araujo podría salir del Barça sin que el club pudiera evitarlo. En los pasillos del Camp Nou no se esconde que, aunque el uruguayo es un jugador querido, su venta no se vería como una catástrofe, sino como una oportunidad estratégica.
Deco lo sabe y ya se prepara para actuar con rapidez si se activa el escenario más temido —o más útil— según desde qué parte del club se mire.