El semanario Time Out será gratuito a partir del 14 de septiembre de este año, fecha en que dejará el actual sistema de distribución doble (miércoles en el quiosco y viernes encartada en El Periódico) por otro gratuito, que pondrá en la calle todos los miércoles 70.000 copias en 172 puntos de reparto. De estos, 150 son dispensadores estáticos en bares, restaurantes, teatros, cines, tiendas, equipamientos cívicos, centros deportivos... y 22 estarán a cargo de repartidores.

La revista mantendrá la paginación e incorporará varias mejoras: secciones y colaboradores nuevos, una impresión y un papel de más calidad y un aumento de su formato a 210x282mm.

Eduard Voltas, el editor, ha dicho a El Nacional que "el universo temático de la publicación será lo mismo: inspirar el ocio de la gente. Este rediseño es una puesta al día basada en el de la revista de Londres. Ganaremos más notoriedad de la marca en la calle y, por lo tanto, más notoriedad de la web". La web mantendrá su presencia actual.

"Seguiremos siendo una revista con contenido editorial. Hay poca cultura del gratuito de calidad en este país. Nosotros mejoramos el producto porque queremos combatir la idea de que ser gratis equivale a peor producto", ha añadido.

Cambio radical

Este es un cambio radical para el semanario de reportajes y listas de actividades de ocio en la ciudad. Sigue así a sus hermanas de Londres y de Nueva York, que adoptaron a este modelo en septiembre del 2012 y en abril del 2015, respectivamente. Las dos distribuyen ahora más de 300.000 copias semanales.

En el caso de Londres, la gratuidad le supuso un salto de 52.198 ejemplares de venta media a 305.530, un 485% más, en un año. El propósito era compensar la caída de los ingresos por ventas al número con un aumento de la tarifa publicitaria derivado del mayor alcance de la revista.

"Ahora finalmente llegaremos a nuestro target de audiencia", ha dicho Voltas en este sentido. La experiencia de Londres y Nueva York indica que a partir de la tercera semana sólo toma la revista el público a quien lo interesa. "Afinas mucho el público", remacha el editor.

Los dispensadores estáticos en los establecimientos serán fijos y estarán debidamente señalizados. En función del local cargarán 75 o 150 copias de la revista, sin compensación para los locales. Los repartidores, en cambio, operarán en 22 puntos claves del transporte público: intercambiadores, estaciones de Renfe y bus... y entregarán entre 1.500 y 2.000 copias todos los miércoles por la mañana. De esta distribución a mano se encarga una empresa especializada. La red de distribución incluirá otros municipios del área metropolitana y quieren llegar también a las principales ciudades del resto de Catalunya.

Voltas ha remarcado que "estos tres años y medio con El Periódico han sido muy buenos. La cosa es que Londres y Nueva York ya habían hecho este movimiento y les ha ido bien. Ahora nos toca a nosotros".

Factura 2,2 millones

Time Out Barcelona nació hace ocho años. En el 2015 facturó 2,2 millones de euros y tiene en nómina 23 personas, además de una red de dos docenas de colaboradores.

Su negocio no es sólo la publicidad. Una parte de sus ingresos proviene del comercio electrónico: venta de entradas, reservas de restaurantes, atracciones turísticas (sobre todo a la versión en inglés) y otras experiencias más o menos exclusivas en varios entornos.

Time Out se edita en 107 ciudades de 39 países. Time Out London, la publicación madre, fundada en 1968, pasa ahora por un proceso de reforma del negocio que tiene como objetivo obtener el 50% de sus 83,5 millones de ingresos anuales del producto digital, vía publicidad y comercio electrónico.

A finales de mayo salió a bolsa con la esperanza de captar cerca de 108 millones de euros para saldar deudas e invertir en su transformación digital, operación que supuso el despido de 40 personas, el 10% de sus empleados, a finales del 2015.