En Sants hay un cine que tenéis que conocer. Se llama Zumzeig y es una sala independiente y pequeña, con pocas butacas, una cartelera cuidada y un bistrot con buenas tapas y cerveza artesana. Te echas una noche redonda de peli y tertulia, de cultura y barrio. El jueves pasado vi la maravilla de Aftersun, que explica el verano de una niña y su padre en la costa de Turquía, en los años noventa. Justo ayer leía que está nominada a los Oscars por la interpretación masculina.

En Sants hay un cine que tenéis que conocer. Se llama Zumzeig y es una sala independiente y pequeña, con pocas butacas, una cartelera cuidada y un bistrot con buenas tapas y cerveza artesana

A partir de la película quiero hablar, primero, de los mecanismos complejos del recuerdo y la memoria: sabemos que de adulto das valor a aspectos que de niño no supiste leer. Esta es una premisa que, si lo pensamos bien, nos lleva a creer que, poco o mucho, siempre manipulamos los episodios vividos. De hecho, la teoría crítica en torno al texto autobiográfico habla de su inviabilidad: recordar es ordenar, iluminar algunos aspectos y dejar otros en la sombra. Es llenar vacíos, también. A partir de lo que nos han explicado o de las todas las veces que la hemos evocado, quizás cada una con un matiz un poco diferente. Eso explica que con las amigas tengamos recuerdos muy diferentes de la noche que pasamos acampadas en medio de una viña penedesenca. O que mi madre no recuerde nada una conversación, para mí trascendental, sobre el cambio de lugar sospechosamente instantáneo que habían sufrido unas peladuras de naranja del leño de Navidad en la basura de la cocina.

A partir de la película quiero hablar, primero, de los mecanismos complejos del recuerdo y la memoria: sabemos que de adulto das valor a aspectos que de niño no supiste leer

También dudo de los recuerdos que posiblemente he creado a partir de fotografías de los álbumes de niña un poco descarriados y propios de segunda hija. Pensad hasta qué punto os podéis fiar, de vuestras magdalenas de Proust y de los escenarios que os hacen aparecer en la taza de té. Quizás una mirada excesivamente benévola a vuestros recuerdos os ha hecho salvar a alguien que consideráis vuestro amigo y que no se lo merecería. Es por eso que a veces fantaseo con la idea de tener aquel implante de Black Mirror del tamaño de un grano de arroz detrás de la oreja que graba todo el que ves y sientes y que te permite navegar incansablemente entre las imágenes vividas e incluso volver a puntos que en su momento te pasaron por alto. Fantaseo, pero por suerte no lo tengo, que Black Mirror no acaba nunca bien.

Quizás una mirada excesivamente benévola a vuestros recuerdos os ha hecho salvar a alguien que consideráis vuestro amigo y que no se lo merecería

Vuelvo a la película: el padre, la hija y las vacaciones en Turquía. Pienso que es enormemente interesante que se explore la relación padre-hija (que casi no se diga nada de la madre) y que se superen las ideas preconcebidas sobre el mal padre o el padre ausente. Lejos de los sujetos masculinos conocidos: un tipo duro, que siempre tiene respuestas y que tira adelante solo con todo o un padre de modelo meritocrático, que es el sustentador de la familia. Digo que es enormemente interesante porque es enormemente necesario para transformar la sociedad que se nos muestren masculinidades alternativas. Pensad en cinco películas en que aparezcan familias y en qué tipo de padre muestran. La ficción es un espacio de representación y nos hacen falta otras masculinidades habitables, que subviertan las más hegemónicas y las menos interesantes, con hombres que se permitan flaquear, dudar y llorar. Repensar esta identidad es ensanchar la grieta.

Es enormemente necesario para transformar a la sociedad que se nos muestren masculinidades alternativas

Mi recomendación es que os miréis la película, sí o sí, y que vayáis al Zumzeig. Después, lo comentamos todo en el bistrot.