"Al final del acto cometeré una maldad", ha advertido de entrada Oriol Junqueras. No, no se trataba de un mitin sino de la presentación este mediodía de la nueva novela de Albert Sánchez Piñol, Vae Victus (2015, La Campana), en la Antiga Fàbrica d'Estrella Damm, como parte del programa del Mercat de Nadal del Llibre.

El héroe popular

Tres años después del éxito editorial de Victus. Barcelona 1714 (2012, La Campana), el escritor barcelonés ha devuelto la vida a Martí Zuviría con Vae Victus. Es la segunda entrega de la saga en que el ingeniero protagonista descubre al lector sus aventuras por la Catalunya del siglo XVIII, pero también por Londres, Alemania o Nueva Zelanda e introduce figuras como el aventurero James Cook o el entrañable Pere Joan Barceló i Anguera, Carrasclet, guerrillero antiborbónico durante la guerra de Sucesión.

"Si Carrasclet hubiera nacido en Missouri y no en  Tarragona sería un héroe popular venerado internacionalmente", ha enfatizado el autor en la presentación de su nueva obra en el Mercat de Nadal del Llibre. "Además, a diferencia del resto de héroes populares, Carrasclet nunca fue derrotado", ha sentenciado y ha invitado a leer la novela a aquellos que quieran saber más sobre este famoso miquelet.

Prescindiendo del universo

Participando en la charla más como historiador que político, Junqueras ha señalado que el 1714, época en que está ambientada la novela, hacía cinco siglos que habían sido redactadas en Lleida las Constituciones catalanas, leyes que fueron derogadas tras el primer Onze de Setembre.

Sin embargo, explicó Junqueras, durante muchos momentos de aquel siglo XVIII, las nuevas instituciones catalanas pidieron la restauración de las viejas constituciones. Reivindicaciones que despertaban el enojo de la monarquía borbónica pues venían de gobernantes que habían implantado ellos. "¿Paralelismos con la situación actual? No seré yo quien las haga hoy".

"Los catalanes pueden prescindir del universo entero, pero sus vecinos no pueden prescindir de los catalanes", ha declamado Junqueras. Cuando han comenzado los aplausos entre el público, ha confesado que aquella no era una frase suya, sino de Voltaire, figura que ha destacado como una de las más relevantes del siglo XVIII. Pero no, esta no era la maldad.

La maldad

Muy puesto en su rol académico, Junqueras ha apuntado que el siglo XVIII vino marcado por el debate entre razón y la fe, entre ciencia y moral. Disyuntiva perfectamente recogida en dos de las obras capitales de uno de los grandes pensadores de la época, Immanuel Kant. Se refería a la Crítica de la razón pura y a la Crítica de la razón práctica, con las que, según él, nace la edad moderna.

"Por eso es una lástima que haya gente que dice que lee a Kant y luego los cite mal". Ahora sí, después del dardo envenenado a Albert Rivera y a Pablo Iglesias, ha dejado que el público aplaudiera. Cuando se han difuminado los aplausos, ha añadido: "eso tenemos que hacerlo más a menudo; es mucho mejor que un mitin".