El Festival Internacional de Mapping de Girona cae de la parrilla de festivales de la ciudad. Nació el verano del 2014, durante el mandato de Carles Puigdemont como alcalde y la edición pasada tuvo un presupuesto de 195.000 euros y reunió a más de 15.000 visitantes. Este verano no habrá cuarta edición, después de que el Ayuntamiento ha decidido suspenderlo e iniciar un proceso de reflexión para rediseñar el formato. El concejal de Cultura, Carles Ribas, ha explicado que llevan meses haciendo "trabajo de hormiguita" para repensar el mapa de festivales que se organizan en la ciudad y distinguir cuáles son "primordiales y estratégicos".

Aparte de las proyecciones, también contaba con un concurso y un congreso profesional. Ribas ha explicado que quieren reformular el festival y están redactando unas nuevas bases. Sobre la mesa, hay el debate sobre cuál tiene que ser el formato, cuáles técnicas tiene que incluir o si tiene que ser biannal. "No se trata de eliminarlo sino de reforzarlo teniendo en cuenta el relato continuado a lo largo deod to el año", ha manifestado el concejal, que plantea que el festival podría centrarse no sólo en la técnica del mapping sino en otras aplicaciones de la luz como concepto.

En el caso del festival de mapping, han considerado que la contribución que hace a la ciudad puede mejorar y que hay que reformularlo. La cita se hacía tradicionalmente en julio y nació durante el mandato de Carles Puigdemont como alcalde. Se concibió como un festival abierto a todo el mundo (las actividades eran gratuitas) que entrelaza el valor arquitectónico de Girona con la creación contemporánea mediante la innovación y las artes audiovisuales.

Además, contaba con un concurso (el año pasado se presentaron 119 artistas) y, en las dos últimas ediciones, también se hacía el Congreso Internacional de la Luz (el año pasado se hicieron diecinueve ponencias). La cita atrajo a más de 15.000 visitantes el verano pasado y tenía un presupuesto de 195.000 euros.

Repensar el festival

El concejal de Cultura ha explicado que desde los servicios técnicos ya trabajan en la redacción de las bases del nuevo concurso para adjudicar la dirección del festival, que hasta ahora había recaído en Xavier Bové. "No podíamos ir renovándolo año a año sin un concurso público, así nos lo han advertido desde secretaría", añade. Paralelamente, han iniciado un debate interno sobre cómo se tiene que relanzar el festival. Por una parte, considera que la cita no se puede centrar únicamente en la técnica del mapping y que tiene que tener en cuenta de otras aplicaciones de la luz como concepto.

También están planteándose si tiene que tener un carácter biannal y si sería mejor moverlo de fecha y hacerlo a finales de año (hacia diciembre). Todas estas cuestionas se tendrán que aclarar en los próximos meses, así como el nombre que tendrá el nuevo festival.

Ribas ha explicado que la ciudad no se quiere desvincular de todo lo que tiene que ver con las artes visuales y la luz y que, próximamente, se anunciará un montaje que se hará este verano en el marco de la celebración del 600 aniversario de la nave gótica de la Catedral de Girona.