"De buen rollo, pero me gustaría empezar un beef entre Barcelona y Madrid", me confiesa en Xiri (Oriol Romani), guitarrista de Alavedra, la banda de rock convergente (su nombre, sí, lo sacaron del que fue uno de los hombres de confianza del molt honorable) que querría adoptar Ayuso. "Siempre están con la movida esta que Madrid es una ciudad más rock que Barcelona, que aquí no tenemos grupos de guitarras. Ya estoy harto. Es mentira". Me sumo a la tiraera. Ellos tienen Malasaña, nosotros el Carmel. Ellos tienen a Carolina Durante y Los Punsetes. Nosotros a Mujeres, Nueva Vulcano, Diamante Negro, Aliment, Power Burkas... y Alavedra. Sobre todo tenemos a los Alavedra, el grupo de rock más excitante y estimulante de nuestro subsuelo sónico. El próximo sábado, 20 de agosto, actúan en las fiestas de Gracia dentro del programa del Festigàbal. Id a verlos. "¡Vas a flipar, palabra!"

🎸Primavera Sound 2022: Alavedra es el mejor grupo del cartel del festival

Alavedra son el bajista y cantante Dani (Daniel Belenguer, a quien quizás también conocéis por Bearoid, su proyecto de música electrónica); el guitarrista y cantante Genís Pena (también responsable de la programación de las Gallery Sessions); el guitarrista y cantando Xiri (Oriol Romaní) y el batería y cantante Ret (Albert Rams) (pareja, esta última, que en el pasado militaron en Mine!, uno de los secretos mejores guardados del nuevo pop catalán siempre a reivindicar). En algún lugar donde confluyen el legado de The Strokes y Siniestro Total, Arctic Monekys y Els Surfing Sirles, es donde nos encontramos este cuarteto barcelonés que acaba de publicar el EP La Canyada (The Yellow Gate Records, 2022), nuevo título en una obra fonográfica cada vez más rebosante de incunables. No, Madrid no nos pasa la mano por la cara.

Anécdota 1

"A Dani lo conocimos cuando tocábamos a Mine!. Él es de Valencia y tocaba en un grupo que se llamaba Cash Machine. ¡Era muy fan de Mine!, un puto freaky del grupo", descubre Ret. "Tiempo después vino a Barcelona a estudiar y montó el proyecto Bearoid, del cual yo le hacía de técnico de sonido". De esta amistad acabaría surgiendo Alavedra. "Yo curraba en el Primavera Sound y programamos en Bearoid en un acontecimiento, La Terraza Martini, que montábamos. Ni yo ni él teníamos que estar allí, pero nos hicimos mucho colegas", revela ahora Genís. "Íbamos coincidiendo aquí y allí charlando por redes. Un día publicó en Facebook un post en que explicaba que acababa de publicar el primer EP de su nuevo grupo, Alavedra. Lo escuché y me pareció una cosa ultra loca pero guapísima. Le escribí para decirle que me había flipado mucho y al instante me escribió explicándome que acababa de dejarles al guitarrista y que al día siguiente grababan un videoclip. Era una grabación en directo. Y que si quería, si me aprendía el tema, me podía unir al grupo". Genís se pasó toda la noche aprendiéndose la canción. El resto de Alavedra dedicó la tarde anterior al rodaje a ir a comprar... ¡una máscara! Por si el posible nuevo fichaje no encajaba en el grupo. "A Dani lo conocía de coincidir unas pocas veces con él y a Ret y a Xiri no los conocía. Los conocí aquel mismo día, pero vaya, que hubo un buen rollo brutal entre nosotros desde el primer momento". La grabación era en una nave de Sant Quirze del Vallès, una mañana a las 9. Genís no tuvo que ponerse la máscara. "Aquel día nació realmente Alavedra", sentencia en Xiri.

La táctica Rajoy

Genís trabaja por el barrio. El barrio es el Poble Nou. Y nos lleva a una cafetería de especialidad que más que una bar de los de siempre, espacio diáfano pintado de blanco nuclear, se parecen más a la sala de espera de la consulta de un dentista. Son las tres y media. Todos nosotros nos pedimos un cappuccino, menos Ret, el más del país, que se pide un carajillo y clama en el cielo cuando le dicen que allí no hacen cafés con gotas. "Mayo y junio han sido meses muy buenos para Alavedra", destaca Genís, que liquidado su café, durante toda la conversación, como un vidente buscando pistas de futuro, irá removiendo en círculos el fondo de la taza. La cosa pinta bien. "Hemos picado mucha piedra y se agradece que las cosas empiecen a funcionar. Con la broma ya hace cuatro años que estamos juntos. En el otro extremo, siendo sinceros, tampoco hemos invertido ni muchos recursos, ni muchos sacrificios, ni mucho dinero. Hemos ido paso a paso". Ret se abona a la teoría de su compañero. A diferencia de otros grupos anteriores donde los hitos eran altos, en Alavedra han utilizado la táctica Rajoy: dejar que las cosas pasaran por|para sí solas. "Quizás este es el secreto", incide el batería. "No preocuparse por nada y si tiene que pasar ya pasará".

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Alavedra poco antes de su concierto en el Primavera Sound 2022 / Foto: Archivo Alavedra

Anécdota 2

"Aquello de la chaqueta del concierto de Valencia fue muy top", rememora Genís. "Actuábamos allí y salimos de fiesta después del concierto. Todos dormíamos en casas diferentes, excepto Xiri y Dani. El hecho es que Ret perdió la chaqueta. El resto no sabíamos dónde estaba porque tampoco llevaba el móvil, que estaba en la chaqueta. Nos escribió a través de Facebook el padre de un chico que había venido al concierto, que tenían la chaqueta de Ret y su móvil. ¡Pero es que vivían en Gandía! Con toda la resaca del mundo, en lugar de volver hacia Barcelona, tuvimos que bajar a Gandía y encontrarnos con este tipo que tenía pinta de contrabandista. Parecía una peli de traficantes pasándose un maletín lleno de droga. Quedamos a un polígono de Gandía. Al llegar nos bajamos las dos partes de los respectivos coches, nos dieron la chaqueta, nos dimos la mano y nos marchamos. Dijimos que haríamos una canción de eso, pero todavía no la hemos hecho".

La muerte del sonido Carmel

"El sonido Carmel lo creamos y lo matamos", admite Rinde. "De hecho, Pantocrator tiene una canción preciosa que se llama 'Requiem (La muerte del sonido Carmel)'. Fue una etiqueta que nos sacamos de la manga para que los medios nos hicieran caso. Parece que si formas parte de una escena tu propuesta tiene que ser más interesante". Funcionó. Una etiqueta, ficticia (o no tanto), que tiene su origen en el local de ensayo que Alavedra compartían con Pantocrator y Diamante Negro en el empinado barrio barcelonés. "Más que escena era endogamia, porque todos somos mucho colegas". En su particular visión del poliamor, en Genís y en Xiri además de militar en Alavedra también tocan con Pantocrator. "Pero en Pantocrator los temas los escribe Marta (Delmont)", puntualiza  Xiri. "Yo la ayudo en temas de producción, pero los temas son suyos. Dani tiene el proyecto Bearoid y Ret mil y un proyectos". Albert necesita un artículo para él solo. Músico hiperactivo, más allá de Alavedra toca con Dan Peralbo i el Comboi y con Somebody. Todavía hay más, porque hasta hace relativamemente poco, también lideraba el proyecto Falciots Ninja, una aventura que dice que está en coma, y cuando le sobraba un poco de tiempo publicaba en solitario bajo los nombres de Capitán Moore o Borrissol, entre otros. "Ahora estoy huérfano de proyectos de canciones propias. Estoy dándole vueltas a un disco en solitario, pero no sé bajo qué nombre hacerlo".

Anécdota 3

"Después de un concierto en Talavera de la Reina acabamos en una especie de after que era a la vez era como un karaoke gigante", rememora  Xiri. "El local, un sótano, se llamaba Manhattan y de vez en cuando, el encargado iba sacando tapas de pan con chorizo para todo el mundo. Eran las cuatro y media de la mañana, te estabas toamndo un ron con cola y te aparecía este señor con montaditos de chorizo. Tenía una pantalla gigante conectada Youtube y la gente, allí todo el mundo fumaba, cuando quería cantar se ponía la canción que quería. Si hacía mucho rato que nadie cantaba, el encargado pillaba el micro y cantaba él. Lo hacía que flipas. Se parecía mucho al actor Bradley Cooper, y tenía súper ensayada 'Shadow', la canción de la peli con la Lady Gaga. Cantaba desde detrás de la barra y mientras lo hacía era capaz de seguir cantando e ir sirviendo y cobrando. Una máquina".

Antimodernos modernos

Alavedra son la metabanda del siglo XXI, los posmodernos elevados a la máxima potencia, los antimodernos ultramodernos. Influencers involuntarios con un perfil de Instagram que es un delirio fascinante. Un grupo con unas canciones que son píldoras de efervescencia pop y un imaginario que es pura cotidianidad millennial con relatos llenos de aquella mixtura emotiva tan suya del sí pero no, del no pero sí. O cómo cantan a 'La jota del poliamor', uno de sus himnos más recientes: "Todos mis amigos tienen novia menos yo / Por qué se me ha ocurrido ahora hacerme del poliamor / Todos se están besando / Como en fin de año / He buscado en Tinder alguien que me dé calor / Pero todo son tías con Izal como canción / No es que sea exigente / Pero que asco de gente". "Tienes que jugar un poco a eso para conseguir captar el interés de la gente, pero teniendo muy claro que es una cosa muy superficial y que tampoco nos representa del todo", se sincera Genís ("estuvo dos días sin móvil y lo veías perdido, se quedaba mirando a las paredes", ríe Xiri). "Nosotros lo hacemos desde el humor, riéndonos de nosotros mismos y con una única regla irrompible: no hacer ningún chiste que pudieran hacer los Mojinos Escozíos. Si encaja dentro de su humor, nos autocensuramos". Hasta ahora, dicen, eso sólo ha pasado una vez. "En el disco Uf venga, el que sacamos el año pasado y que es nuestro álbum más largo, también nos autocensuramos", admite Rinde. "Pero esta vez no por el humor, sino por la intensidad de algunas de las letras".

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Alavendra, una banda|lado de rock poliamoroso / Foto: Arxiu Alavedra

Anécdota 4

"Tenemos la teoría que a nuestro alrededor siempre se crea el 'Equipo A'. Los más especialitos de cada lugar son los que vienen a los conciertos de Alavedra", vuelve a reir Xiri. "Durante la pandemia, como estábamos juntos, para pasar el tiempo creamos un juego de mesa con personajes que habíamos conocido en nuestros conciertos", explica Genís. "La lista era interminable. Cada personaje tenía un superpoder. Había dos bandos: 'Liados', que era la gente curiosa con la que habíamos coincidido de bolo, y 'Aliados', que eran nuestros amigos. Los primeros, que son los que cuando acabas el concierto te vienen a pegar una chapa insoportable, nos querían matar; los segundos, nos protegían".

El tópico mayor

"Es el mayor tópico de todos los tópicos de la historia, pero Alavedra somos, sobre todo, una banda de directo", dice Genís. Literal. Los conciertos de Alavedra son fantasía y fuegos artificiales salpicados de cerveza derramda en medio de pogos y carcajadas. "Ahora nuestras canciones empiezan a tener reproducciones en las plataformas. Pero al principio la peña nos descubría en los conciertos. No sabían quiénes éramos pero flipaban". Recorrida Catalunya y buena parte del resto de la península, el sueño, uno de los únicos que se permiten tener, sería girar por América del Sur. "Dudo de que pase, pero sería espectacular tocar en países como México. Como grupo de aquí, lo más parecido a ser una estrella del rock que te puede pasar es ir a tocar allí. A mí que no me gusta viajar, si no es para tocar, no iré nunca a estos sitios". Hoy por hoy, el próximo viernes 20 de agosto actúan en el Festigabal, el festival dentro de la programación de las fiestas de Gracia que organiza la sala Heliogàbal. Ya os lo hemos dicho, fliparéis. "Después nos marcharemos los cuatro juntos de vacaciones. Somos un grupo de rock, pero sobre todo somos colegas. Sin nuestra amistad Alavedra no tendría sentido".