"Los 100 españoles más influyentes de 2017" es una revista que este lunes venía gratis con el diario madrileño ABC. Su afán es poner de relieve a una serie de personajes que ayuden a los españoles a mejorar su autoestima, que "sufre de una profunda crisis", según nos explica el director del histórico tabloide en una especie de prólogo enel que justifica la iniciativa.

De entrada es un poco confuso, porque los más influyentes son 101 y sobre todo porque "son todos los que están pero no están todos los que son", añade el director, clásico incluso para escoger los tópicos. "Establecer un ranking de influyentes", avisa, "es una pretensión tan inútil como condenada a la imperfección". El diario, pues, sobreponiéndose a dificultades de todo tipo, ha hecho una elección de personajes y la titula de esa manera absoluta, aunque no era eso lo que querían hacer exactamente, etcétera. Eso. Un poco confuso.

Son 101 nombres porque el rey Felipe VI figura en la lista pero no se cuenta. Es sencillamente "el mejor valedor de la marca España en la escena internacional", siempre según el diario, y su valía suprema está fuera de toda duda. El texto que acompaña al Rey ilumina este punto: "La capacidad de influir de un Rey es muy diferente a la del resto de las personas, porque sólo puede ejercitarla en beneficio de los intereses generales (...). A diferencia de los políticos, que cada cuatro años tienen que someterse al dictamen de las urnas, el Rey dispone de plazos largos para ejercer su influencia", etcétera. Es bonito.

¿Quiénes son el resto de personajes? El prólogo del director se titula "Esta es España", de manera que conocer sus nombres es clave para saber dos cosas. Una, cuáles son las "personalidades que, bajo la marca España y orgullosos de ella, proyectan sus valores y virtudes fuera de nuestro perímetro geográfico y también dentro", que es como define el diario el concepto "español influyente".

La segunda es conocer cuál es la España de ABC y si uno está cómodo en ella. Por ejemplo, la palabra "paro" apenas aparece. "Desigualdad", tampoco. "Emprendedor", un par de veces. Qué decir de "corrupción" o "referèndum". Eso no es España. 

La España de ABC es oficial, masculina, madrileña y tiene más de 50 años, si hacemos caso de la lista. Son 79 hombres y 22 mujeres, el 70% de los cuales tienen más de 50 años y trabajan en empresas reguladas del Íbex-35 o en las instituciones del Estado (sobre todo en el Consejo de Ministros).

Entre los 25 personajes clasificados por el diario bajo el epígrafe "política" figuran el presidente del gobierno español y sus 14 ministros, además de los presidentes del TC y del CGPJ y el Fiscal General del Estado. Los partidos representados son tres: el PP aporta 22 nombres, el PSOE uno (Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía) y Ciudadanos otro (Albert Rivera). El 25º es la secretaría adjunta de comunicación de la ONU, la catalana Cristina Gallach. Figura otro presidente autonómico: el de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. En fin. Se echa de menos algún nombre. Sin complicarse la vida y cumpliendo con el requisito "marca España", es difícil decir que Pablo Iglesias es menos influyente que el 80% de los escogidos.

Entre los 35 nombres bajo la categoría "Economía" se cuentan 22 representantes de empresas del el Ibex-35, veinte de los cuales operan en sectores regulados o muy regulados. En esta categoría no figura ningún emprendedor y tampoco ningún menor de 40 años. De las 19 páginas de anuncios de la revista, diez corresponden a estas empresas. Ciertamente, este es un capítulo complicado.

Entre las curiosidades de la España de ABC hay que decir que los catalanes están sobrerepresentados: son 22 entre 100, aunque su proporción en la población española es del 16%. Los madrileños lo están todavía más: son 32 en la lista.

Sorpresa: no hay ningún futbolista (ni siquiera Iniesta) pero tampoco ningún escritor, músico, pintor ni director de cine, actor o actriz de los que cualquiera esperaría. Ni uno. Es extraño. Aparece el cantante David Bisbal en un lugar donde se esperaba a Julio Iglesias o Plácido Domingo, que tal vez encajan más con el perfil general de la lista. Se puede entender que no estén estos dos, porque hace años que sólo están para homenajes. ¿Pero por qué no Alejandro Sanz, que ha vendido tres veces más discos que Bisbal (y también lo ha hecho Julio)? Figuran dos cocineros y un torero, eso sí. De los creativos del mundo de la moda, apenas Custo Dalmau.Es decir, donde el diario podía descubrir más su criterio para elaborar la lista no se acaba de saber muy bien el porqué de la selección. Es una pena.

Del mundo de los medios sólo aparecen Alejandro Echevarría, como presidente de la patronal de la televisión privada (también es accionista de la editora de ABC) y Carlos Herrera, el presentador matinal de la Cope, radio a la que está asociado el diario. Todo queda en casa. Sorprende la selección del arzobispo de Barcelona (o no: de él dependen los postes emisores y las frecuencias de radio que ambiciona la Cope en Catalunya, por ejemplo).

Los seleccionados son entrevistados de manera poco comprometida, como es típico en estos suplementos. Los títulos de casi todas las entrevistas podrían intercambiarse y todo quedaría igual. Son declaraciones como "El futuro del sector tecnológico es prometedor", "Es muy importante tener líderes que te inspiren confianza" o "Por supuesto, pienso que somos un país privilegiado", etcétera, que no hacen ni bien ni mal y que cualquiera puede decir.

En ese ambiente amable, pilla un poco por sorpresa la atención a (u obsesión por) Catalunya de dos ministros. El de Justicia, Rafael Català, cuya entrevista se titula "Diálogo con Catalunya, sí, pero nunca para romper la unidad de España". Es lo último que dice en su entrevista y tampoco es novedad. Pero lo elige el diario para titular. Seguramente quieren decirnos algo. También se retrata la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat: "Afirmar la catalanidad no conduce necesariamente a la ruptura con el Estado", opina. Pau Gasol, como siempre, habla de "nuestro equipo nacional" y el resto de catalanes van a su bola y no dicen ni se les hace decir nada.

Entre una cosa y otra se puede avanzar una hipótesis: la "marca España" habrá pesado mucho en la no selección de algunos nombres. Por poner tres ejemplos difíciles de discutir como influyentes: Carles Puigdemont (pon Oriol Junqueras, da igual); Víctor Grífols o Jaume Roures. Se conoce que, según ABC, ninguno contribuye lo suficiente a mejorar la autoestima de los españoles.