"En cambio Barcelona ya es otra cosa, ¿verdad? Allí está el Mediterráneo, el espíritu, la aventura, el alto sueño de amor perfecto. Hay palmeras, gentes de todos los países, anuncios comerciales sorprendentes, torres góticas y un rico pleamar urbano hecho por las máquinas de escribir. ¡Qué a gusto me encuentro allí con aquell aire y aquella pasión! [...] Además, yo soy catalanista furibundo, simpaticé mucho con aquella gente tan construida y tan harta de Castilla​", escribía el poeta Federico García Lorca en una carta en Melchor Fernández Almagro. Desde 1925 hasta poco antes de ser asesinado, el año 1936, Lorca visitó varias veces Catalunya, donde estrenó sus obras y tuvo grandes amigos. Ahora, el libro Federico García Lorca en Catalunya, de Salvador Giné, editado por Viena, hace memoria de esta Catalunya lorquiana.

La seducción de Cadaqués

Invitado a pasar la Semana Santa de 1925 con la familia de Salvador Dalí, el granadino descubrió en Cadaqués un pequeño paraíso mediterráneo. Con su compañero de la Residencia de Estudiantes y su hermana Anna Maria, el poeta pasa largos ratos escuchando Lídia Noguer, la excéntrica pescadera que se cree la inspiración para La Ben Plantada y continúa enamorada de Eugeni d'Ors desde que lo tuvo en su casa veinte años atrás. Lídia será un personaje mucho presente en las cartas entre los tres amigos e incluso colocará un retrato suyo sobre el piano en su casa de Granada. El paisaje y la historia de aquel Empordà tocado de tramontana, playa y pasado griego, inspira al escritor, que no se pierde una visita a las excavaciones de Empúries.

Federico García Lorca, Anna Maria Dalí y Lidia Noguer en Cadaqués/Archivo de la Fundación Federico García Lorca. Centro García Lorca. Granada.

Federico García Lorca, Anna Maria Dalí y Lidia Noguer en Cadaqués/Archivo de la Fundación Federico García Lorca. Centro García Lorca. Granada.

¡"Viva Catalunya libre"!

En Figueres, donde viven los Dalí, Lorca lee su Mariana Pineda delante de la crema de la intelectualidad republicana y catalanista que frecuenta el patriarca, que lo homenajean con una comida y una audición de sardanas. El sonido de la cobla lo fascina. En aquella lectura asiste otro joven figuerense que hará carrera, Jaume Miravitlles, amigo de Dalí. La futura jefe del Comisariado de Propaganda ya ha estado en la prisión por su activismo catalanista. Los tres, Miravitlles, Dalí y Lorca firman el libro de visitas del restaurante El Canario de la Garriga, hoy desaparecido, donde los primeros anotan "expresidiario" y Lorca lo hace con uno sonoro: "Presidiario potencia. Viva Catalunya libre"!.

Federico García Lorca en Cadaqués, el verano de 1927. Archivo de la Fundación Federico García Lorca. Centro García Lorca. Granada.

Federico García Lorca en Cadaqués, el verano de 1927. Archivo de la Fundación Federico García Lorca. Centro García Lorca. Granada.

Barcelona, la ciudad que vio triunfar en Lorca

La relación entre Lorca y Barcelona es larga y estrecha. Después de la presentación de Mariana Pineda en Figueres, Lorca hace una lectura al Ateneu Barcelonès, una de las paradas habituales a sus viajes a Catalunya. Allí aquel hombre con un don especial para hacer amigos entra en relación con escritores catalanes como Josep Maria de Sagarra, a Sebastià Gasch, Àngel Ferran, Emili Grau Sala o Joan Tomàs. Lorca recorre la ciudad condal de punta a punta: de las chabolas de gitanos a los hoteles de lujo, de los ateneos obreros en las puestos de flores de la Rambla, de los cabarés en las salas de arte, de la Sagrada Familia en la Colina Park, del taller Masriera en el Cementerio de Montjuïc, donde homenajea a Isaac Albéniz. Durante sus visitas a la ciudad, Lorca tiene una actividad infatigable: dicta conferencias, participa en exposiciones y conciertos, estrena sus grandes éxitos y descubre restaurantes, bares y salas de concierto.

Banquete de los escritores y artistas catalanes a Federico García Lorca, en el Hotel Majestic el 23 de diciembre de 1935/Arxiu de la Fundación Federico García Lorca. Centro García Lorca. Granada

Banquete de los escritores y artistas catalanes a Federico García Lorca, en el Hotel Majestic el 23 de diciembre de 1935/Arxiu de la Fundación Federico García Lorca. Centro García Lorca. Granad

Margarida Xirgu, una conexión especial

Más allá de Dalí, la relación de Lorca con Catalunya tiene un nombre propio que no se puede descuidar: la actriz Margarida Xirgu. Desde el estreno de Mariana Pineda, dedicado a la heroína liberal granadina y estrenado en plena dictadura de Primo de Rivera, el tándem Lorca-Xirgu se convierte en un mito. El año 1935 juntos estrenan Doña Rosita la soltera, en el Teatro Principal. La diva recibe un ramo de flores sin tarjeta, enviado por las floristas de la Rambla, a quienes los dos amigos homenajean. Lorca escribe su memorable oda en la Rambla, ""la calle más alegre del mundo, donde viven juntas a la vez las cuatro estaciones del año, la única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante en brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre, la Rambla de Barcelona".

Federico García Lorca, Margarida Xirgu y Cipriano Rivas Cherif al estreno de

Federico García Lorca, Margarida Xirgu y Cipriano Rivas Cherif al estreno de "Doña Rosita la soltera o El lenguaje de laso floras", el 12 de diciembre de 1935 en el Teatro Principal de Barcelona/Pérez de Rozas. Archivo Fotográfico de Barcelona

Una relación más allá de Barcelona

Escrito como una especie de guía de viaje, el libro permite recorrer los lugares claves de la geografía lorquiana catalana, que no sólo se reduce a Barcelona y el Empordà. Lorca, profundamente comprometido con la República y sus avances sociales, dedica un homenaje a los represaliados del 6 de Octubre y conoce de primera mano los barrios obreros. Con la compañía teatral de la Xirgu visitará Tarragona, Mataró, Terrassa, Molins de Rei o Badalona. A pesar de todo, el rastro de Lorca en Catalunya ha quedado arrinconado. Se lo recuerda con una placa en la fachada del Teatro Goya y una escultura en la playa desde Llaner de Cadaqués, obra de Josep Maria Subirachs, en el restaurante Set Portes y en el Museo de Figueres, y en Barcelona tiene una calle. Pero muchos otros espacios lorquianos todavía esperan ser reconocidos como tales dentro de la cartografía lorquiana. Quizás este libro ayudará a poner remedio a tan avara falta de reconocimiento.

 

Foto principal: Federico García Lorca con espardenyes, en Cadaqués el verano de 1927. Archivo de la Fundación Federico García Lorca. Centro García Lorca. Granada