Visitar Olèrdola, en el Penedès, es hacer un recorrido por 4.000 años de historia de Catalunya. En este lugar ya hubo asentamientos de población a la Edad de Bronce, hace unos 4000 años. Lo más peculiar es que Olèrdola ha sido poblada buena parte de este tema: han pasado por ahí los íberos cesetanos y los romanos... Posteriormente fue abandonada, pero fue refundada, el 929 por el conde de Barcelona, Sunyer (Suniario), y se convirtió en una pequeña ciudad. Y en el siglo XI fue el epicentro de una revuelta contra los señores feudales. A partir del siglo XII entró en decadencia pero no se abandonó del todo. Pero todavía quedan numerosos vestigios arqueológicos, que están gestionados desde el Museo de Arqueología de Catalunya (MAC). El MAC Olèrdola se puede visitar, en verano, de martes a domingo, de 10 a 20h. El precio de la entrada es 3,50 €, pero hay tarifas reducidas para abuelos, niños y otros colectivos. El Museo ofrece visitas guiadas e incluso visitas teatralizadas; para estas actividades se recomienda contactar con el centro. Se puede hacer una cata de la visita mediante Google a Street View.

9 MAC OLERDOLA. Tintorería ibérica j casanova

Tintorería ibérica. Foto: Jaume Casanova.

Detectives del pasado remoto

Olèrdola no tiene espectaculares obras del pasado, pero en un pequeño espacio tiene una concentración inmensa de restos arqueológicos que representan aspectos diferentes de varios momentos de la Catalunya del pasado. Se pueden ver los restos de un viejo poblado íbero, con casas parcialmente excavadas en la roca. Hay restos más abundantes de los romanos: la cantera (que volvió a usarse a la Edad Media), la atalaya (que también fue usada durante la guerra civil), una gran cisterna que garantizaba la supervivencia de la guarnición y, sobre todo, la espectacular muralla. Está hecha con grandes bloques de piedra, cuenta con una sola puerta y con cuatro torres. Cubre toda la parte de Olèrdola que no está rodeada de acantilados.

2 MACOLERDOLA. Amuralla romana Olerdola Jaume Casanova

Muralla romana. Foto: Jaume Casanova.

La huella medieval

Olèrdola, durante la Edad Media, dispuso de un castillo, que estaba adosado a la antigua atalaya romana. Hoy en día casi ha desaparecido del todo, aunque al principio de siglo XX todavía había una parte de pie. En cambio, se ha restaurado la iglesia de San Miguel, levantada el 929, en tiempo de Sunyer, en estilo prerrománico. Tenía una sola nave, cubierta con madera y tejas. Fue profundamente reformada en el siglo XII. Después sufrió numerosas modificaciones. En los últimos años ha sufrido una restauración en profundidad que le ha eliminado todos los elementos posteriores al siglo XII. A la edad media la población creció fuera de murallas y se construyó la iglesia de Santa Maria en el Pla dels Albats. Al lado de la iglesia hay una espectacular necrópolis. Las tumbas más antiguas, de forma antropomorfa, fueron excavadas en la roca; más tarde se hicieron tumbas antropomorfas con bloques de piedra. De la Edad Media también se pueden reconocer las calles, y algunos elementos de las casas, como los silos, excavados en la roca. Uno de los elementos clave del Olèrdola medieval era la bodega donde se prensaba la uva y se preparaba el vino, y que da una idea de la importancia de la producción de vino en aquella época.

7 MAC OLERDOLA. Iglesia Santo Miquel j casanova

Capitel prerrománico. Foto: Jaume Casanova.

El centro de interpretación

Los restos arqueológicos de la montaña de Sant Miquel se encuentran en el Parque de Olèrdola, integrado en la red de Parques Naturales de la Diputación de Barcelona. Las vistas desde la montaña son espectaculares, pues se puede ver todo el Penedès, el Garraf, Montserrat, el Mediterráneo y el Cadí... y en días claros incluso hay vistas sobre el Canigó. La zona donde se sitúa Olèrdola es muy seca, con un paisaje propio de esta zona árida del Mediterráneo. Eso se explica en el Centro de Interpretación, que cuenta con una exposición permanente que plantea tres ámbitos: Olèrdola y su entorno; Uso y transformación de un territorio; y 4.000 años de historia. En el museo se conservan objetos muy diversos, procedentes de las excavaciones: vasos campaniformes, cerámicas con inscripciones con lengua íbera, anillos del periodo íbero, pinzas de depilar romanas, cerámica medieval y monedas íberas, romanas y árabes...

11 MAC OLERDOLA. Necrópolis núria Molist

Tumbas antropomorfas cortadas en la roca. Foto: Núria Molist.

Olèrdola, la historia desconocida

Olèrdola es sede del Museo de Arqueología de Catalunya, pero es una instalación no muy conocida. Y eso que su historia es apasionante. Las primeras cabañas encontradas en la zona están fechadas hacia el 2000 aC. En el siglo VIII, a la Edad de Hierro, se instaló allí el primer asentamiento fortificado, que contaba con una pequeña muralla. Hacia el siglo V se asentaron en la colina los íberos cesetanos, que organizaron un gran pueblo fortificados en la zona, que incluía una gran curtiduría (o quizás una tintorería). En el siglo I los romanos se apoderaron del enclave e instalaron allí una fortificación destinada a controlar la región. No estuvieron mucho tiempo, sólo hasta que consolidaron el control del territorio. El recinto no volvió a estar poblado hasta finales de la Alta Edad Media, cuando Sunyer, conde de Barcelona, construyó un castillo, una muralla y una iglesia. Era un punto de vigilancia avanzado para el conflicto entre cristianos y musulmanes. En el siglo XI en Olèrdola Mir Geribert lideró un levantamiento campesino antifeudal y se proclamó príncipe de Olèrdola. Fue el principio del fin de la localidad, ya que la población fue bajando a la llanura y el núcleo fue despoblándose.

 

Foto de portada: Jaume Casanova.