El Ibex está dando por cerrado el último ciclo dominado por el riesgo del Brexit adentrándose en terrenos nuevos, como las próximas elecciones españolas. Por esta razón, el Ibex ha subido casi el doble que el Eurostoxx, pero casi menos de la mitad que la Bolsa de Londres, que por fin empieza a respirar.

En los corros de las bolsas nadie puede entender a un personaje como David Cameron, que ha requerido de un nuevo apoyo del Partido Laborista para afrontar con optimismo el referéndum sobre la continuidad en la UE. En la anterior ocasión, un discurso de Gordon Brown salvó a Londres del fracaso, y esta vez la desventurada Jo Cox, que asesoraba a la mujer del sucesor de Tony Blair en el 10 de Downing Street, cumplió su trágico cometido en las calles de Yorkshire. Leer renglones torcidos mientras pasan bicicletas por las proximidades incluso lloviendo resulta hoy en día habitual.

Aquí, ha habido un buen dato sobre la morosidad de la banca, que ha bajado al 9,91%, un dato que viene en ayuda de los bancos, como se ha visto en el Ibex, de cara a soportar los riesgos internacionales y los que conllevan unos tipos de interés ultrabajos. En unos minutos puede abordar esta cuestión Mario Draghi en Munich. También el descenso en abril de la deuda pública a 1,078 millones de euros ha ayudado a que la prima de riesgo española se estreche.

En Wall Street, el petróleo Texas sube un 2%, hasta 47,16 dólares, siguiendo la línea de recuperación paulatina de las materias primas. En Nueva York se cierra la cuádruple hora bruja del vencimiento de futuros y opciones haciendo frente a la caída de la construcción de viviendas nuevas en mayo, lo que ha conducido al Dow Jones a vacilar desde el arranque. A ver cómo cierra.