El Ibex y el Eurostoxx han retrocedido pese a que las noticias propias les favorecían. El inestable clima reinante en los mercados se acrecienta, acentuando la volatilidad general. Estamos ante fechas en que la realidad está muy politizada, con las elecciones presidenciales americanas a la cabeza.

El Dow Jones ha abierto ligeramente al alza pese a un desplome de la popularidad de Hillary Clinton por los e-mails que investiga el FBI. El 60% de los americanos desconfía de ella y tan sólo un 38% la apoya, según las encuestas. Wall Street la respalda pero la calle, no.

En la Eurozona, el crecimiento en el tercer trimestre ha subido al 1,6%, pero los inversores temen sobre el impacto que las decisiones del BCE puedan tener sobre un frágil y sobrecargado de riesgos mercado de bonos. El euribor ha retrocedido en octubre hasta -0,069%, nuevo mínimo histórico.

La balanza exterior española ha tenido un superávit de 12.500 millones de euros hasta agosto y el número de turistas ha subido a 60,3 millones en los tres primeros trimestres. Pero ello no ha impedido que Fitch alerte de la falta de apoyos con que cuenta el próximo Gobierno de Rajoy.

A estas alturas, parece una simpleza decir que las ventas en las tiendas, en los pequeños comercios, suben un 3,6%.

Hoy vivimos a la tremenda, en vísperas del día de los difuntos. No en la gilipollez de Halloween. El mercado, aunque con poca gente, lo siente.