No pudo ser que se mantuviera el tono alcista con que abrió el Ibex la sesión porque no tienes un Maciste o un banco central al lado que te acompañe mientras transcurre la presentación de resultados de las empresas, al igual que ocurre en Wall Street. El Ibex se fue hacia los 8.660 puntos.

La Comisión Europea vetó la venta de O2, la filial de Telefónica, con lo que ya empezaron a llegar malas noticias definitivas a los parqués, en sobreaviso por los resultados de Gas Natural, impactados por la evolución negativa del sector energético y el riesgo de cambio relacionado con las divisas de los países con que trabajan, cuestión que está afectando al núcleo duro del Ibex.

"Hemos perdido el optimismo", decía un inversor resumiendo el sentimiento general reinante hoy en el mercado. Los bancos, además, influidos por los datos presentados por Liberbank, tiraban del índice abajo.

El Tesoro ha logrado colocar 3.000 millones de euros en un bono sindicado a 30 años, lo que revela éxito en la entrada en este rango de deuda a largo plazo, que promovió con anterioridad Gran Bretaña. La prima de riesgo española está en 149 puntos básicos.

En Alemania, la poderosa compañía de seguros Allianz logró un beneficio neto en el primer trimestre del 20,5%. El euro subió a 1,1434 dólares. El Dow Jones cae cerca de medio punto pese a la recuperación del petróleo.

En estos días de sol y sombra, con lluvias de por medio, es interesante escuchar opiniones sobre la vida y sobre el pasado, para combinarlas con un  presente que se resiste. El presidente de la Asociación de la Banca Española (AEB), José María Roldán, dijo que "no mereció la pena vivir los años de la burbuja". Y, a su vez, el secretario general de la UGT, el asturiano Pepe Àlvarez, ni corto ni perezoso aseveró que "se acabó el rollo de que no hay dinero, si no lo hay que lo pinten". Ya tiene el método el sindicato para pagarle el sueldo.