Muchos se reían cuando politólogos, sociólogos y especies parecidas insistían de que un buen puñado de votantes de C's eran exvotantes de la vieja CiU. Pues si no era así, así puede ser. La lideresa de Ciudadanos en el Parlament, Inés Arrimadas, lo tiene claro y lo repite a quién la quiere escuchar. No hace mucho le dijo a un diputado conver que, excepto en la independencia, las ideas y el programa de C's eran idénticas-idénticas a las de Convergència. Que lo diga Arrimadas no quiere decir que sea así, naturalmente, pero indica cuál es su propósito. Pruebas hay más: si se repasa la actividad de los cabecillas naranjas (qué sitios visitan, con quién se entrevistan...) se comprueba que todo tiene aire y aroma de pujolismo. Si esta actitud y táctica funcionarán se desconoce, porque, ciertamente, no estamos en la Catalunya de 1984 si no de 2016 y, que se sepa, C's tampoco invoca a San Pancracio. Todavía no.