Punto final para la Granja Vendrell, emblemático establecimiento del distrito del Eixample de Barcelona conocido por su crema catalana casera y su nata batida, que ha anunciado el cierre definitivo, tres años después de la reapertura. Así lo han señalado los propietarios en su cuenta de Instagram, donde han apuntado que se dedicarán a "nuevos proyectos", además de agradecer el apoyo de la clientela y afirmar que "ha sido un trabajo muy bonito". El establecimiento, situado en el número 59 de la calle Girona y abierto en 1921, cerró en octubre del 2019 por jubilación del propietario, Demetri Vendrell, pero al cabo de poco reabrió, en una nueva etapa que, finalmente, ha durado solo tres años.
Robo del letrero
Precisamente, en la etapa de reformas previa a la reapertura, la Granja Vendrell fue víctima del robo del original letrero de la entrada, con diseño art déco. A principios de marzo de 2020, unos falsos operarios robaron las letras art déco que anunciaban la Granja Vendrell. Los mismos propietarios lo anunciaron en las redes sociales con el siguiente texto: "Nos han robado las letras Art Déco de la Granja Vendrell aprovechando que se hacían obras y pasaban desapercibidos. Si alguno o alguna las ve en los Encants o cualquier otro sitio, nos hará un gran favor si nos avisa. ¡Gracias!"
Afortunadamente, al poco de hacerse público el robo y a causa del eco que tuvo el hecho, las letras art déco reaparecieron sin haber sido estropeadas. El autor de la sustracción, al enterarse del llamamiento, devolvió el letrero después de explicar que se llevó las letras de la fachada porque se pensaba que en el local acabarían instalando un bazar y las letras acabarían en un contenedor. El hombre puntualizó que no era ni un ladrón ni un coleccionista, sino alguien a quien le gustan las tipografías, que no quería que estas letras se perdieran. El autor de sustracción devolvió las letras a Demetri Vendrell, propietario del establecimiento, que decidió mantener el anonimato del hombre y retirar la denuncia que había presentado por el robo. El letrero, de los años cuarenta, está protegido por el catálogo municipal de establecimientos emblemáticos de Barcelona.
En todo caso, después de tres años de la nueva etapa, la granja ha decidido bajar la persiana de forma permanente, una señal más de la desaparición del comercio histórico de Barcelona, a pesar de los compromisos del Ayuntamiento de Barcelona para tratar de evitarlo con la creación de programas de subvenciones para fomentar la rehabilitación de establecimientos emblemáticos y destacar todos los elementos de valor patrimonial, además de estudiar la creación de un servicio de mediación con el apoyo de Barcelona Activa, con el fin de promover la continuidad de la actividad original.