Los barceloneses se han acercado a tesis progresistas e independentistas. Es la principal conclusión que se extrae de la encuesta de valores sociales presentada por el Ayuntamiento de Barcelona. El sondeo constata la recuperación del perfil progresista de antes de la crisis económica y, además, desvela un viraje hacia el polo soberanista que no se había registrado nunca antes.

El estudio muestra, por otra parte, una transformación profunda de los valores relacionados con los roles de género, los modelos de familia y la religión: ha aumentado la aceptación de la adopción del hijos por parte de las parejas homosexuales y se ha reducido la importancia del matrimonio religioso. En estos cambios, la mujer tiene un papel primordial.

Más "progres"

Según apunta la encuesta, los ciudadanos de Barcelona se muestran más próximos a valores de libertad, apertura, igualdad y la participación ciudadana respecto del comienzo de la crisis. De hecho, los barceloneses han abandonado el conservadurismo por tesituras más próximas a la izquierda, hecho que se corresponde con los cambios políticos que ha habido en la capital catalana.

Los barceloneses, que en el 2015 hicieron alcaldesa a Ada Colau, se ubican claramente a la izquierda, con un 2,8 sobre 10 –siendo 0 la extrema izquierda y 10 la extrema derecha–, muy por encima de la media catalana, situada en un 3,8.

Pese a todo, se observan diferencias entre mujeres y hombres: las primeras se sitúan en los espacios centrales, huyendo de los posicionamientos radicales, mientras que los hombres tienden a posicionar en los extremos, tanto en el espacio progresista como en el conservador.

Mayoría independentista

A pesar de las presiones de los partidos independentistas, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no ha hecho ningún movimiento para adherirse a la Associació de Municipis per la Independència (AMI). Ahora, parece que los mismos barceloneses se lo reclaman: la mayoría (52%) está a favor de la independencia, un apoyo que no se había visto nunca antes en este estudio.

Este cambio tiene relación con el hecho de que haya aumentado el eje identitario catalán en detrimento del español. Los ciudadanos de Barcelona se sienten identificados con Catalunya y valoran mejor sus instituciones políticas que las españolas. Un 43% de los barceloneses no otorga ninguna confianza al Congreso y el Senado, cifra que aumenta hasta el 47,4% cuando se pregunta por el gobierno español. Todo lo contrario, sólo un 17,3% y un 19,1% de los encuestados expresaron su desconfianza hacia la Generalitat y el Parlament, respectivamente.

La religión, en segundo plano

El giro progresista se ve reflejado en el apoyo a la religión y sus costumbres. El catolicismo ha caído exponencialmente en los últimos años, especialmente si se compara con la primera encuesta de la serie (1998): entonces, la cifra de católicos era el doble que en la actualidad: ahora sólo se considera poco más de uno de cada tres barceloneses.

Siguiendo la misma tendencia, la primacía del matrimonio religioso ha dejado paso a otras opciones como las bodas por la vía civil o las parejas de hecho. Incluso entre los católicos se experimenta un retroceso de la unión religiosa (54,6%), con una caída de 7,6 puntos respecto del 2010. En paralelo a este fenómeno, ha aumentado la aceptación de la homosexualidad y la posibilidad de que puedan adoptar niños.