La ordenanza de convivencia de Barcelona, el texto que regula la normativa que permite garantizar el buen comportamiento de la ciudadanía en el espacio público, con aspectos como la conservación del espacio público, la regulación de cartelería o pintadas, el consumo de bebidas alcohólicas, la venta ambulante o las necesidades fisiológicas entre muchas otras cuestiones, será revisada a fondo por el actual gobierno municipal con el objetivo de tener vigente una nueva normativa dentro de un año, en noviembre de 2024. Así lo ha comunicado este lunes por la mañana el teniente de alcaldía de Prevención y Seguridad, Albert Batlle, haciendo cumplimiento así de una intención de actualizar la normativa y el régimen sancionador de una ordenanza que se aprobó en 2006. Es decir, que ya lleva casi 18 años de vigencia.
Batlle, acompañado de la comisionada de Convivencia, Montse Surroca, ha anunciado que este mismo lunes a primera hora de la mañana han informado de sus intenciones al resto de grupos municipales, incluido el de Vox, para "exponerles los trabajos técnicos para la modificación de la ordenanza de convivencia con la voluntad de consensuarla con la totalidad de los grupos municipales". La intención es mantener "la carcasa" de la actual ordenanza, pero entrar en su contenido para revisar no solo la normativa, sino también el régimen sancionador y la cuantía de sanciones. Todos estos trabajos justo empezarán ahora, con el objetivo de aprobar inicialmente la nueva normativa en comisión en mayo y poder tenerla plenamente vigente en noviembre.
Siete subgrupos de trabajo
El objetivo del Ayuntamiento- de Barcelona es renovar, en el contexto del Pla Endreça, esta ordenanza con la máxima "complicidad" con el resto de grupos políticos, así como con los agentes sociales y empresariales de la ciudad. Ahora bien, el proyecto nada más empieza a caminar y, de momento, solo se ha dado forma a una comisión técnica que cuenta con siete subgrupos con tareas específicas, repartidas de la siguiente manera: subgrupo 1, revisión de la actual ordenanza; subgrupo 2, nuevos ámbitos a regular; subgrupo 3, revisión del procedimiento sancionador; subgrupo 4, revisión de los importes de las sanciones; subgrupo 5, colectivos vulnerables y medidas alternativas a las sanciones; subgrupo 6, perspectiva de género, y subgrupo 7, corresponsabilidad.
Ahora bien, a pesar de la ambición de la renovación, según el gobierno municipal, todavía es pronto para establecer la magnitud de unos cambios que, en todo caso, buscarán actualizar una ordenanza que "ya ha hecho su recorrido" y ahora se tiene que adaptar "a nuevas leyes y nuevas conductas". También es pronto para precisar aspectos concretos de los nuevos cambios, en aspectos como los problemas de convivencia que genera el ruido o la actividad nocturna. Eso sí, Batlle ha remarcado su voluntad de reformular el régimen sancionador y también ha insistido en la necesidad de revisar la cantidad de las multas que se aplican por incumplimientos de esta ordenanza.