Oporto es la ciudad perfecta para visitar durante una escapada de fin de semana. Esta tranquila metrópolis junto al río Duero ofrece mucho que hacer en 48 horas, pero no tanto como para sentir que te has dejado cosas sin ver y que deberías haberte quedado más tiempo.

Qué ver en Oporto en un fin de semana

Oporto es colorido, improvisado y encantador. Su centro, catalogado por la UNESCO, cuenta con casas que conforman un paisaje desordenado, iglesias con azulejos tradicionales y callejones empinados. Es una ciudad de impresionantes vistas, auténtica cultura portuguesa y arquitectura y diseño extravagantes. Y, por supuesto, es el hogar del vino de Oporto. Si quieres aprovechar al máximo dos días en Oporto, te proponemos algunos de los mejores sitios para disfrutarlo.

Cais da Ribeira

El paseo marítimo de la ciudad, Cais da Ribeira, es el lugar más animado y fotogénico de Oporto. Aquí es donde encontrarás las casas coloridas que, junto con el río Duero y el puente Don Luis I, son las que mejor resumen la ciudad. Pasea con la cámara en la mano y disfruta de las vistas mientras te diriges al puente.

Pasea por el puente Don Luis I

Oporto tiene seis puentes, pero el Don Luis I es el más imponente y famoso, que conecta el Cais da Ribeira de Oporto con el otro lado del río, Vila Nova de Gaia.

El puente fue diseñado y construido entre 1881 y 1886 por el ingeniero alemán Théophile Seyrig, que fue alumno y colega de Gustave Eiffel. Los dos habían trabajado juntos anteriormente en otro de los puentes de Oporto, el Maria Pia, y ambos presentaron propuestas para construir el Don Luis I, pero el proyecto de Seyrig superó al propuesto por Eiffel.

Hoy en día, el puente ofrece una vista panorámica de Oporto a los turistas desde diferentes ángulos, ya que puedes caminar por sus cubiertas inferior y superior, tomando fotos de la ciudad debajo de ti.

Visita el Muelle de Gaia

En lugar de ser simplemente un suburbio de Oporto, Gaia es técnicamente una ciudad que se encuentra al sur del río Duero desde Oporto. Pero para fines turísticos, puedes considerarlo como el sur de Oporto.

Si cruzas el Don Luis I desde el lado de Cais da Ribeira, encontrarás Gaia y todas las casas portuarias que puedas imaginar en un solo lugar. A lo largo del agua, también verá los tradicionales barcos del puerto flotando en el río Duero. Los barcos solían transportar los barriles del vino de Oporto río abajo desde el valle donde se producía hasta Gaia, donde se almacenaban y enviaban.

Una vez que hayas paseado junto al río, date la vuelta y sube la colina para disfrutar de las hermosas vistas de Oporto, desde el mejor mirador de Gaia, el Mirador do Serra do Pilar.

Visita una de las bodegas

Junto a la orilla de Vilanova do Gaia encontrarás varias bodegas de vino de Oporto que conviene visitar. Hacer un recorrido por cualquiera de ellas te permitirá no solo degustar sus vinos sino que podrás aprender sobre su historia y las regiones vinícolas cercanas del valle del Duero. Por unos 12 euros tienes la oportunidad de que te guíen por sus instalaciones bodegueras y que tras aprender las particularidades de su manera de trabajar no te vayas sin catar el producto.

Lello, la librería de Harry Potter

Muchos la señalan como la librería más hermosa del mundo y se dice que inspiró la descripción de J. K. Rowling de la biblioteca de Harry Potter. No en vano la escritora pasó varios años en Oporto.

Se ha vuelto tan popular que ahora se necesita comprar una entrada de 4 euros y hacer cola para entrar. Eso sí, si te llevas algún libro, te descuentan el pago de la visita. La librería tiene una impresionante escalera que conduce a un segundo piso con un llamativo techo de vidrieras.

Librería Lello
Librería Lello / Unsplash

Sube a la Torre de los Clérigos

Oporto es una ciudad de vistas panorámicas pero la vista de la Torre de los Clérigos ofrece un punto de vista distinto. Desde allí arriba podrás disfrutar del río Duero como eje central y de una panorámica única de las calles zigzagueantes del centro histórico de Oporto, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Cuando se inauguró en 1763, la Torre de los Clérigos era el edificio más alto de Portugal, y en 1917 un dúo acrobático español de padre e hijo escaló el exterior de la torre para llegar a la cima frente a miles de curiosos que contemplaban la proeza desde abajo.

El Palacio de Bolsa

Muy cerca del río y bajando desde la Torre de los Clérigos, encontramos este edificio que nos lleva a un pasado comercial muy boyante de la ciudad. La visita cuesta 9 euros y dura media hora pero merece la pena.  

Construido entre 1842 y 1910, la antigua bolsa de valores, que ya no es el centro comercial de Oporto, fue una de las más opulentas del mundo en su apogeo. El recorrido comienza en el Patio de las Naciones con su cúpula de vidrio, que está decorado con los escudos de armas de los países que fueron los socios comerciales más importantes de Oporto y la joya de la visita es el Salón Árabe, que es un enorme salón de baile inspirado en el Palacio de la Alhambra de Granada y decorado con 18 kg de oro.

Los azulejos en la estación de Sao Bento

Sao Bento es una de las principales estaciones de tren de Oporto, y la más hermosa, gracias a su sorprendente atrio, cubierto de pared a techo con impresionantes paneles de azulejos que representan historias del pasado de Portugal. Los mosaicos azules y blancos ilustran varios eventos históricos portugueses, como sus guerras, la realeza y la historia del transporte en el país.

La francesinha

No te vayas de Oporto sin comer la deliciosa especialidad culinaria de la ciudad: la francesinha. Es un sándwich que se hace con pan, jamón, salchicha ahumada y se cubre con queso derretido, un huevo y salsa picante. Se sirve con patatas fritas y hay que pedirlo solo si se tiene hambre, porque llena mucho.