El FC Barcelona se ha clasificado para cuartos de final de Copa después de eliminar a Unionistas de Salamanca, equipo de Primera Federación, por 1-3. Una victoria muy trabajada, con un punto de agonía que, desgraciadamente, se ha convertido en hábito para el equipo de Xavi Hernández. Los castellanos se adelantaron en el marcador, desatando todas las alarmas. Podría haber sido el triste e inmerecido final de trayecto para el entrenador y mito azulgrana, pero los goles de Ferran Torres, Jules Koundé y Alejandro Balde pusieron las cosas en su sitio. Un final que, con la derrota del Real Madrid horas después contra el Atlético, tuvo un gusto más dulce. Así está el Barça.
La victoria no tiene que engañar a nadie: la situación del equipo es difícil. Obviarlo es hacerse trampas al solitario. Solo la entrada de las vacas sagradas sobre el terreno de juego acabó con la resistencia local, cosa que habla también del fondo de armario culé. Sin embargo, el papel de un jugador en concreto empieza a escamar y preocupar a buena parte de la afición. No se entiende que, en un partido como este, no tuviera minutos para ir familiarizándose con el estilo, las dinámicas y el tipo de juego que se practica en Can Barça. Hablamos de Vitor Roque, la perla brasileña de 18 años que ha llegado por vía de urgencia al vestuario, pero que no cuenta demasiado en el esquema. Seguro que es un proceso natural, pero hay quien se está poniendo nervioso. O nerviosa, mejor dicho.
La nueva WAG del Barça, Dayana Lins, mujer de Vitor, no pudo reprimir su decepción al comprobar nuevamente la ausencia del brasileño en el equipo titular, después de lo que paso en Arabia. La influencer, entregadísima desde que su amado fichara por el Barcelona, había publicitado el partido en redes sociales con entusiasmo. Naturalmente, barría para casa: quería ver al ex del Athletico Paranaense sobre el césped, demostrando su clase y olfato de gol. Pero a las 19:30h, incluso unos minutos antes, conocía la cruda realidad. Roque compartía banquillo con Lewandowski o Gundogan; su posición la ocupaba Marc Guiu. Saltó en el minuto 81, con todo el pescado vendido, sustituyendo a Ferran. Tarde. E intrascendente. Los llamados 'minutos de la basura'. Migajas.
Pues bien, Dayana demostraba su desacuerdo con las decisiones del técnico de Terrassa a través de una publicación muy descriptiva. Un vídeo de un tigre majestuoso bostezando, más aburrido que una mala cosa. Recuerden que a Roque se le conoce como 'Tigrinho' por su paso por la Liga brasileña; ahora que ha llegado a Europa y a un gigante como el Barça, se entiende que el felino ya no es un cachorrillo juguetón. Ahora es una bestia con colmillos afilados que necesita carne para sobrevivir. Pero en vez de eso, la mujer de Roque considera que se parece más a una pobre bestia encerrada en un zoológico. Reclama más protagonismo, y es normal, pero no sabemos cómo afectará esto al equilibrio interno del vestuario. Porque hunde a Xavi. Y el '6', aunque no pase por su mejor momento, merece mucho más respeto. Como entrenador y como leyenda. Xavi también muerde, si hace falta.
