Escuchar a Santiago Abascal es, habitualmente, un ejercicio de masoquismo que provoca arcadas. Este martes, todavía más. El discurso ultra del líder de Vox en el Congreso de los Diputados durante la segunda votación en la investidura de Pedro Sánchez ha estado trufado de lo bueno y lo mejor del ideario fascista. Inmigrantes, mujeres asesinas, golpistas y ETA han protagonizado las perlas del político en su intervención. Abascal y compañía han impregnado el hemiciclo de un tufo rancio de Barón Dandy machista y racista que echa para atrás.

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Desgraciadamente hay mucha gente que aplaude con las orejas cuando este personaje funesto abre la boca. 52 diputados no se consiguen de cualquier manera. Su discurso ha calado. Miles de votantes que se grabarían (si no lo han hecho ya) su hoja de ruta a fuego en las nalgas. En el Congreso se ven muchos adláteres y sucedáneos de Abascal. No sólo en su bancada. A Ortega Smith y Espinosa de los Monteros les ha salido fuerte competencia en un Pablo Casado barbudo que los últimos días se ha parecido mucho a Abascal y se ha mostrado más irado que nunca. Sin olvidar las sempiternas Cashetana y la montapollos Arrimadas. Todos han lucido un tono de perdonavidas chulesco los últimos días que da vergüenza. Pero lo que es más peligroso: su doctrina ha llegado a las calles. Como las de Teruel.

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Conexión del programa Todo es mintiera con un reportero para hablar del papel que tendría en la votación del Congreso el representante de Teruel Existe, Tomás Guitarte. Mientras el periodista entrevista a un vecino de la ciudad aragonesa partidario del 'sí' a Sánchez, aparece por detrás una exaltada seguidora de los ultras gritando ante cámara: "¡Viva Vox"!. pero la chica tenía ganas de protagonismo y vuelve a por más minutos de gloria: "He visto a los de Todo es mentira y he dicho: ' Voy a soltar lo de 'Viva Vox'". Y pa chulo chulo, mi pirulo, le ha faltado decir.

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El hombre de la barba le reprocha la boutade mientras le da unos golpecitos en el hombro como los que se le dan a un chalado: "Que te vaya bien... Cuando me fusiles...", pero mientras se va, acabando la frase, la vecina le espeta orgullosa: "Si hay que fusilarte, lo haremos". Lengua hacia fuera, cara de macarra y se queda tan ancha, dejando ir otras perlas: "a muerte con España", "por España hasta el final". Así está el patio. Puedes verlo en este vídeo:

Risto pide no elevar la anécdota a categoría, y que "en los pueblos hay gente que se lleva mal, lo que pasa es que en los pueblos se conocen más". Como siempre, sin embargo, la guinda precisa y pertinente la pone Pilar Rahola, después de pararle los pies a Girauta en el plató: "Lo que pasa es que en la historia hubo unos que fusilaron a los otros".