Cándido Conde-Pumpido Varela, hijo del presidente del Tribunal Constitucional, ha reaparecido después de protagonizar un turbio incidente a las puertas de Telecinco. La madrugada del domingo al lunes, a las 5:45 h, se presentó en la garita de recepción del grupo audiovisual en un estado alterado, reclamando que le entregaran unas grabaciones sobre su persona. Su agresividad hizo que los miembros de seguridad avisaran a la policía nacional, que al llegar al lugar lo encontraron en el interior de su vehículo. Las sospechas propiciaron someterle a un test de drogas, que resultó positivo. Avisaron a emergencias médicas, que dictaminaron que sufría un brote psicótico, según el diario ABC, procediendo a su internamiento en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, en el ala de psiquiatría. Pues bien, 48 horas después ya lo tenemos en la calle. Eso sí, en los juzgados.
La visita de Cándido no parece relacionada con su profesión de abogado, no. Se ha convertido, desde hace unos meses, en un hombre con problemas con la justicia. Acumulaba dos detenciones, una por presunta agresión sexual grupal (denuncia que ha quedado archivada), y otra por amenazas y tentativa de homicidio a una expareja, y ahora tiene que sumar el escándalo que armó en la sede de Telecinco, donde hace pocas semanas era el personaje estrella del programa de chismorreo 'DeViernes'. Su caso no pinta bien. Y cada vez que indagas un poco más, la situación empeora.
La secuencia de Conde-Pumpido Jr. ha sido impactante. Altivo con la prensa, desorientado, nervioso, fumando de manera compulsiva y con aspecto dejado. Llama la atención el pelo rasurado, la estampa es escalofriante. Nada que ver con aquella imagen de guaperas de sus años buenos con Lara Dibildos, quien ha acabado huyendo de la deriva de su ex. El programa 'Vamos a ver' ha explicado que Pumpido solicitó el alta voluntaria del centro médico, cosa que hace pensar que en realidad no sufría un brote, sino que se trataba de una consecuencia directa de la ingesta de sustancias. La perturbación cognitiva y de conducta parece evidente, con los excesos en el centro del debate. Un elemento que se ha tratado en el programa por parte de uno de los colaboradores estrella de la factoría de programas de Ana Rosa Quintana: Alfonso Egea, ex de Susanna Griso.
Egea ha sentenciado a Conde-Pumpido Jr. con aquella alegría: el especialista en sucesos también tiene ojo para la farmacología ajena. "Yo hace 48 horas a Cándido lo tuve aquí. Sin hacerle ningún diagnóstico, me daba la sensación de que iba muy puesto de varias cosas". Una expresión tan contundente como matadora, y que demuestra una cosa: que ha dejado de ser intocable. Lo han puesto en la diana. Se escucha el clásico "a por ellos".
