Durante el pleno del Parlament de Catalunya de los días 6 y 7 de septiembre del 2017, los diputados independentistas aprobaron la Ley del referéndum de autodeterminación (la que tenía que permitir que los catalanes votaran el 1-O) y la Ley de transitoriedad jurídica (que tenía que definir jurídicamente la manera de implementar la República catalana en caso de una victoria del sí). Una fecha que se ha convertido en una especie de mito del unionismo, que acusa a los partidos indepes de haber vulnerado sus derechos aprobando aquellas dos leyes. Desde aquel día y en referencia al procedimiento que se siguió en el Parlament, el aparato mediático del españolismo se ha encargado de repetir, una vez y otra, que el independentismo es poco democrático. Como quién se agarra a un clavo ardiendo. Uno de los máximos defensores de esta tesis, el periodista Víctor Amela.

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Mañana se cumplirán dos años de aquel pleno en el Parlament y el periodista de La Vanguardia lo recuerda así: "La mitad de los catalanes despreciaba a la otra mitad (no podía salir bien. O sí, como la granja orwelliana). ¿Lo celebrarán este 2019 los que lo aplaudían en 2017?". En la foto, la bancada independentista aplaude después de ver aprobadas las leyes que permitieron votar el 1-O. En primer término: Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Jordi Turull, Raül Romeva, Meritxell Borràs, Josep Rull y Joaquim Forn. Detrás, el resto de parlamentarios de Junts pel Sí y la CUP. La pregunta de Amela, malintencionada. ¿Cómo quiere que los diputados indepes celebren que consiguieron hacer el referéndum? La mitad del gobierno que había entonces está en la cárcel. La otra mitad, en el exilio. Y sus votantes, enfurecidos por la insinuación de que Amela hace a través de la red:

Curioso. Si el unionismo considera un desprecio que el independentismo aprobara dos leyes para votar el 1-O, ¿qué calificativo les queda para valorar la represión del Estado español contra los indepes, el encarcelamiento injusto y el exilio?