La última jugada de Televisión Española ha dejado a muchos espectadores boquiabiertos. No se trata de un simple fichaje televisivo, sino de un auténtico terremoto mediático que ya ha despertado indignación en la opinión pública. La protagonista de este escándalo no es otra que Rocío Carrasco, quien ha sido contratada para participar en un nuevo reality grabado en Costa Rica, muy al estilo de Pekín Express.

De acuerdo con las declaraciones de Diego Arrabal en su canal de YouTube, el problema no radica en el formato ni en el destino paradisíaco, sino en la cifra que se esconde detrás del contrato. Según fuentes cercanas a la producción, Carrasco se embolsará más de 50.000 euros por semana de grabación, una cifra que ha encendido todas las alarmas, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de la televisión pública.

Escándalo en Televisión Española: un contrato bajo la lupa

Las críticas no se han hecho esperar. Y es que no se habla de una cadena privada como Telecinco o Antena 3, que manejan su propio presupuesto, sino de un medio sostenido con el dinero de los impuestos de todos los españoles. En palabras de Arrabal: lo que cobra Rocío Carrasco lo paga cada ciudadano que cumple religiosamente con Hacienda. La polémica se agrava porque el programa, bautizado con el nombre de Hasta el fin del mundo, aún ni siquiera ha demostrado si será un éxito en audiencia. Muchos se preguntan qué sentido tiene destinar semejante cantidad de dinero público a una producción cuyo resultado es incierto y que, a todas luces, no encaja con la idea de “servicio público” que debería defender TVE.

El vínculo con la cúpula de TVE y la sombra del amiguismo

Otro aspecto que levanta sospechas es la supuesta relación cercana entre Rocío Carrasco y José Pablo López, actual directivo de Radio Televisión Española. Este vínculo personal ha encendido aún más las especulaciones de que la decisión no responde a criterios de talento ni de necesidad, sino a una clara estrategia de favoritismos dentro de la corporación. A esta controversia se suman otros fichajes llamativos para el mismo proyecto, como el de Alba Carrillo o la cantante Anabel Dueñas, quien acompañará a Carrasco en la aventura. Sin embargo, mientras el resto de participantes reciben salarios mucho más modestos, la cifra asignada a Rocío es desproporcionada, un verdadero lujo que TVE difícilmente podrá justificar ante la opinión pública.

Ahora bien, quienes defienden a Carrasco suelen aludir a su apellido y a la herencia mediática de su madre, la inolvidable Rocío Jurado. Pero la gran pregunta que circula entre los críticos es clara: ¿qué mérito profesional avala que Rocío Carrasco cobre semejante suma? Para muchos, su perfil no responde a una carrera consolidada en televisión, sino a la exposición mediática de sus conflictos familiares.

El hecho de que se premie con un contrato millonario a una figura cuya mayor repercusión ha sido hablar de su vida privada resulta, cuanto menos, un insulto para profesionales que llevan décadas trabajando en la televisión pública con salarios mucho más ajustados. Así que, mientras unos justifican la decisión de TVE como una “apuesta arriesgada” para ganar audiencia, otros lo ven como un despilfarro inadmisible de dinero público.