Desde su accidentado debut, La familia de la tele parece estar más cerca del precipicio que del éxito. El nuevo formato de TVE, que aterrizó en la parrilla envuelto en cambios de horario y cifras de audiencia para olvidar, ha hecho saltar todas las alarmas con un giro inesperado: el fichaje bomba de Rocío Carrasco como colaboradora estrella. La noticia no solo dejó boquiabiertos a los televidentes, sino que también descolocó —y de qué manera— a sus propios compañeros de plató, quienes no daban crédito al rumbo que tomaba el programa.
Fue durante el primer desfile del programa, emitido el pasado 5 de mayo, cuando se reveló que la hija de Rocío Jurado se incorporaba al elenco. Sin embargo, lejos de recibir vítores y aplausos tras las cámaras, su llegada encendió la mecha de la discordia entre bastidores. Tal y como destaparon Carlota Corredera y Kiko Hernández en Tentáculos, las reacciones de algunos colaboradores fueron tan viscerales como inesperadas, amenazando con dinamitar la ya frágil estabilidad del formato y sumiendo al equipo en una tensión que podría pasar factura en los próximos directos.
Kiko Matamoros, Lydia Lozano y Belén Esteban: el trío que no quiere a Rocío Carrasco en plató
Carlota Corredera no se cortó al insinuar que el ambiente en el set cambió drásticamente tras el anuncio. “Igual me meto en un lío, pero a lo mejor en algún momento hablamos, y no me quiero adelantar, de las reacciones que hubo, no solo de Marta, sino de más personas, cuando vieron que Rocío Carrasco era una de las personas que iba a estar también en La familia de la tele”, soltó con picardía. Pero fue su compañero, Kiko Hernández, quien disparó directamente: “Hay dos personas que no van a tener feeling con Rocío: Kiko Matamoros y Lydia Lozano. Ah, y hay una tercera… Belén Esteban”.
Aunque los dos primeros disimularon con sonrisas y saludos diplomáticos, el hielo en sus miradas no pasó desapercibido. Según fuentes internas, Matamoros fue visto abandonando los ensayos visiblemente molesto, mientras que Lozano optó por esquivar a Carrasco en los pasillos. La apodada "princesa del pueblo", por su parte, no ocultó su incomodidad en la reunión de producción, aunque intentó mantener el tipo en cámara.
El fichaje de Rocío Carrasco desata una guerra silenciosa en TVE
La tensión subió aún más cuando se conoció que nadie del equipo fue avisado previamente del fichaje de Carrasco, ni siquiera Marta Riesco, quien protagonizó años de conflictos mediáticos vinculados a la colaboradora. “Lo viví con naturalidad”, aseguró Riesco a la prensa. Pero su sonrisa forzada y sus evasivas revelaron otra realidad: la herida no está cerrada. Riesco dejó claro que no mantiene ningún vínculo con Rocío: “No soy su amiga, no te voy a mentir”. Si bien intentó adoptar un discurso pacificador, también señaló que Carrasco no parecía encantada de verla, pese a mantener una actitud “prudente y educada”.
Y es que detrás de las cámaras se respira un ambiente cargado de tensión. Las divisiones son palpables y los bandos ya están definidos: los que apoyan a Carrasco y los que exigen su salida. Con los índices de audiencia desplomándose y los rumores de despidos circulando como pólvora, todo apunta a que TVE ha jugado su última carta apostando por la presencia de Carrasco. Sin embargo, lejos de ser el revulsivo que necesitaban, el conflicto interno amenaza con ser la puntilla que termine por hundir definitivamente el formato, dejando al equipo al borde del colapso.