"A estas alturas de la película sabemos dos cosas que son verdades irrefutables". Con estas palabras empieza Pilar Rahola su vídeo en el canal de YouTube, Palabra de Rahola. ¿Cuáles?: "La primera, que contra el movimiento independentista ha valido todo. También, cargarse la seguridad jurídica, destruir los principios fundamentales de un estado de derecho y por el camino, destruir derechos fundamentales. Y la segunda, que preocupa muy poco, a nadie, cuando eso pasa con el independentismo. Ni a derechas ni a izquierdas, ya pueden tener una ideología u otra que la escandalera que se monta en cualquier otro tema no se produce cuando la vulneración de derechos le pasa al sector en el movimiento independentista". La escritora tiene claro que con estos dos hechos irrefutables vamos sabiendo cada vez "más vergüenzas, más cosas van quedando encima de la mesa en que demuestran hasta qué punto el agujero negro de la democracia española huele tan mal". ¿Y cuál ha sido la última?: "La última cosa que hemos sabido, dicha por él mismo en reconocimiento explícito, es que Gonzalo Boye fue espiado. Lo sabíamos, pero ahora lo sabemos por propia voz, por propia palabra del juez Pablo Lucas Murillo de la Cueva, que es el juez, magistrado del Supremo, encargado de autorizar al CNI el espionaje a diferentes líderes independentistas. Si es un escándalo inmenso haber espiado a diferentes personas del independentismo, sólo por el hecho de que eran independentistas, vulnerando su derecho a la intimidad y sobre todo, a pensar diferente, y esta justificación no se aguanta de ninguna manera desde la perspectiva jurídica, de ahí el escándalo internacional, si eso ya era gravísimo, imaginaos cómo es de grave haber espiado a un abogado con el cual como juez tienes varias causas porque está defendiendo a personas que tú como juez estás investigando. El lío es tan considerable, y la destrucción de derechos fundamentales es tan considerable...".

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Gonzalo Boye / Europa Press
juez
Pablo Lucas Murillo de la Cueva

Rahola incide en "El derecho más importante, la estrategia de defensa de un abogado con sus defendidos, imagináis qué significa, lo que hablan un cliente y un abogado no se puede decir ni sin confesión, como sale en las películas, y en cambio, te lo espía el Centro Nacional de Inteligencia, y la autorización la da el  mismo juez que está procesando a tus clientes por otra parte. Y cuando eso pasa, dice que eso no afecta de ninguna manera al hecho procesal. Que si él o el CNI escuchan alguna cosa sobre la estrategia de defensa, aquello lo borrarán...". La escritora estalla indignada: "Todo es una tomadura de pelo tan brutal, es una vulneración tan bestia que sólo es imaginable, sin ningún tipo de duda, en dictaduras o en democracias agujereadas como la española. Este juez, en un país normal, tendría que haber dimitido y tendría que haber sido procesado él. Pero vivimos en el país que vivimos y en la democracia que vivimos. Aquella frase famosa del Talmud que dice: 'Desgraciada la generación cuyos jueces tienen que ser juzgados'. Murillo de la Cueva tendría que ser juzgado. Usted sabe que está cometiendo prevaricación, una ilegalidad. No se puede ser más indigno, ni más bestia, brutal y clara la vulneración de derechos". Rahola se formula en voz alta diferentes preguntas: "Esto que es tan grave, implicará un terremoto en el ámbito judicial? ¿Un terremoto en el ámbito político? ¿Una escandalera en el ámbito mediático? No lo parece. De hecho, llevamos semanas con informaciones muy graves proferidas por Villarejo, el hombre de las cloacas encargado por el gobierno de turno encargado de enmerdar y destruir gobiernos catalanes y no he visto que temblara el pensamiento global español, que temblaran las editoriales de los medios de comunicación diciendo en qué democracia estamos, que se estremecieran los partidos políticos, como tampoco han hecho con el Catalan Gate. Y eso ha pasado en época socialista, con los progres gobernante".

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El excomisario José Manuel Villarejo / Efe

En cambio, cuando se han sabido las declaraciones de Villarejo en el tema de Podemos, destaca Rahola, "entonces sí que 'se han rasgado las vestiduras' los medios de comunicación y la gente de izquierdas terriblemente escandalizada... Pero la destrucción de los líderes independentistas, la destrucción del prestigio de Artur Mas, o de Xavier Trias, el ataque personal a los amigos de Puigdemont, las maneras brutales con las cuales se ha utilizado dinero público para espiar, perseguir, controlar, mentir, difamar a líderes independentistas, no ha causado ninguna escandalera en los medios de comunicación españoles. Cuando pasa con un español patriota, aunque sea de Podemos, nos podemos escandalizar. Si le pasa a Puigdemont, ya se lo ha buscado... ¡'Quiere romper España'!". Rahola tiene claro que hay dos maneras de medir en la izquierda española, "que cuando habla de Catalunya, actúa como patriota española, y no como izquierda española". También en el mundo judicial, "cuando se trata de Catalunya y la independencia, todo vale. España es una democracia hasta que se toca la unidad española, a partir de aquel momento, vuelve a ser la España oscura, negra, reaccionaria, que no se preocupa por los derechos fundamentales y que como una apisonadora pasa por encima de ellos para salvar la patria. No hay nacionalismo más retrógrado, reaccionario y cavernoso como el español en toda la Unión Europea. Pero no pasa nada, porque callan los medios, aplauden los políticos y otorgan los intelectuales. Sobre Catalunya, España es oscura":