Una de las cuentas que vale más la pena seguir es la del indispensable Quim Monzó. El escritor catalán no sólo es un genio a la hora de escribir lo que pasa a nuestro alrededor tanto en sus libros como en sus columnas de opinión, sino que a menudo suelta toneladas de sarcasmo y ojo clínico a través de las redes sociales, donde hace comentarios precisos y acertadísimos, y donde demuestra la ironía que corre por sus venas. No hace mucho lo hizo cuando vio un anuncio de Leo Messi dónde se veía al crack argentino, ahora en el PSG, chapurreando unas palabras en japonés. ¿Qué dijo Monzó al verlo y, sobre todo, al oírlo? Lo que muchos hemos pensado, y más, teniendo en cuenta que en la pila de años que vivió en Barcelona dijo cuatro palabras mal contadas en catalán: "¡El japonés sí que lo habla!":

Quim Monzó también presta atención a menudo al simbolismo que desprenden algunas imágenes. Claro está que para imagen impagable, la mejor que hemos visto en redes en mucho tiempo, una que hizo furor entre sus seguidores, a raíz de la muerte de la reina Isabel II. De hecho, cuando todavía no se había hecho pública su muerte, Monzó, maravilloso, publicó una foto que lo tenía todo: en uno de sus bares de cabecera, el Bar Lalan's de la Avinguda Mistral de Barcelona, escribía: "Aquí, rezando por la reina Isabel II en el bar irlandés de la esquina". La imagen era un cuadro delicioso lleno de detalles: él, en segundo término, cogiendo un gran crucifijo y cara de susto. Delante suyo, otro grande, el querido periodista deportivo Quique Guasch, vaso en la mano, móvil en la otra, sentado en la barra. A la derecha, un décimo de lotería de Navidad, al fondo, un televisor con el 3/24 y en un rincón, tres Mossos d'Esquadra en una mesa haciendo un break:

Ahora hemos asistido a otra imagen impactante, protagonizada esta vez por la rojigualda, la bandera española. Una bandera española que salió por patas. O, en este caso, por alas. En Extremadura han tenido hace poco un tiempo de perros. El viento y la lluvia han provocado muchísimos destrozos, quedando especialmente estropeada la barriada de Cerro de Reyes en Badajoz. Ráfagas de más de 75 kilómetros por hora y 16 litros de agua por metro cuadrado por culpa de la borrasca Beatrice, que arrancó árboles o inundó inmuebles. Pero sin duda, una de las imágenes más impactantes la vimos en la avenida de Sinforiano Madroñero, donde en la rotonda José Luis Herrera Pombo el viento tumbó el mástil de la bandera de España que tenían allí. Una imagen impactante. Las reacciones en la red no se han hecho esperar, como la de Quim Monzó, que ha reaccionado con cinco palabras: "¡¡MADRE MÍA DEL AMOR HERMOSO!!:

Sólo falta ponerle de fondo Al vent de Raimon, y ya lo tendríamos.