Ada Parellada es una de las chefs y restauradoras más queridas de nuestra casa. A sus 58 años, la propietaria del restaurante 'Semproniana' es un rostro habitual en muchos medios, desde donde explica y comparte sus conocimientos, siempre con una sonrisa en la cara, siempre de manera comprensible y didáctica. La de Granollers hace muchos años que difunde las bondades de una alimentación saludable, ha escrito muchos libros y ha sido Creu de Sant Jordi. Pero hubo un tiempo, hace unos años, donde vivió un verdadero drama.

Parellada, que por su trabajo, suele ir a menudo a diferentes encuentros sociales, se ha encontrado muchas veces con una imagen y una situación que se repite cada vez: que en alguna comida estén sirviendo alcohol, vino, cerveza o lo que sea, y ella rechace la copa con un "No, gracias". Una situación que sorprende, en una restauradora y chef, y que mucha gente no comprende: "A la gente le cuesta entender que no bebo alcohol. Pero una manera muy fácil de cortar la conversación es decir 'No bebo porque yo había tenido problemas con el alcohol'. De repente, se acaba la conversación y nadie insiste, casi se te apartan como si fueras un paria". Son palabras rotundas de Ada en una conversación imprescindible en el pódcast 'Sense filtres' con Marta Cailà en RAC1.

Una charla necesaria donde Ada ha hablado de su adicción al alcohol tiempo atrás, una sustancia que se consume en muchas ocasiones, para celebrar, comiendo o cenando con amigos o familias, para pasar un mal momento, quedando con amigos para ponerse al día, para desinhibirse, para salir de fiesta, en el vermut, de sobremesa... Parellada se ha abierto en canal para explicar su vida como abstemia y la situación que la llevó a tomar la decisión de eliminar el alcohol de su vida hace 14 años: "No pruebo ni una gota de alcohol. Yo valoro mucho la cultura del vino y la de los licores y creo que debemos preservarla porque es una de las tres patas de la cultura mediterránea. El problema es que uses el alcohol como droga y para taparte". Antes de dejarlo completamente, hubo muchos intentos fallidos, especialmente, al día siguiente de habérsele ido la mano con la bebida: "En cada resaca decía nunca más, pero eso no llegaba nunca". Hasta que hubo un día en que todo cambió... "recordarlo me cuesta mucho porque me hace llorar".

¿Cuál fue ese día? El día que celebraba su aniversario, 44 años. Un día que decidió celebrarlo saliendo a cenar con dos amigas: una cerveza antes de comer, y durante la comida, tres botellas de vino. Ella calcula que se bebió "al menos una", pero está convencida de que cayó más alcohol. Un día donde se le cayó el mundo a los pies cuando llegó a casa y vio una sorpresa que le habían preparado sus hijos, que eran pequeños: "Llegué a casa con una castaña importante y me encontré un regalo que me habían hecho mis hijos. La cocina estaba patas arriba, era un caos total, pero me habían hecho unas galletas en forma de 44 y con una nota que decía 'te queremos mucho'. Al día siguiente me levanté con una resaca enorme... '¿Tú crees que tus hijos se merecen una madre que llega arrastrándose a casa y que no se puede levantar?'". La chef fue consciente de que no era una borrachera de una noche, que "utilizaba el alcohol cada día para hacer cosas muy cotidianas. Mis hijos eran pequeños y me necesitaban y yo estaba destruyéndome a mí misma. Sabía que la destrucción iría impactando en todo mi entorno más cercano".

Dijo basta y se prometió que dejaría de beber. Que lo haría durante un año. Pero pasado este tiempo, se dio cuenta de que su "cerebro se había regenerado" y que ahora era "rotundamente feliz. Me di cuenta del momento peligroso en el que vivía, era un momento muy crítico si no lo hubiera detenido y decidí que no volvería. Ahora hace 14 años. Antes era feliz de vez en cuando, ahora soy feliz cada día". También ha abordado otra etapa muy difícil y dura de su vida. Una confesión valiente de una época que a Ada no le "gusta recordar", pero lo ha hecho, para visibilizar la salud mental. Hace más de 20 años, Parellada cayó en una "depresión profundísima", que comportó varios intentos de suicidio: "La vergüenza que sientes después de cada intento de suicidio es terrible. A mí me salvó saber que era una enfermedad. Las palabras de los médicos fueron muy sanadoras porque me dijeron que me lo arreglarían con medicación. Sé que hay gente contraria, pero a mí la medicación me salvó. Tardé dos años, pero me considero totalmente curada".
💔 "La vergüenza que sientes después de cada intento de suicidio es terrible".
— RAC1 (@rac1) November 2, 2025
🪢 En pleno éxito, la depresión llevó a @adaparellada a intentar acabarlo todo de manera definitiva en tres ocasiones.
📻 Escúchala en #Sensefiltres con @marta_caila y @gencat aquí: https://t.co/Od6WfIJdbL pic.twitter.com/B0IElGPF0H
Una conversación imprescindible y valiente de Ada Parellada, que vale mucho la pena recuperar.