Isabel Pantoja no está dispuesta a dejar que Hacienda la ahogue en deudas sin luchar hasta el último aliento. Después de semanas de especulaciones sobre su posible mudanza a Latinoamérica, la artista ha dado un giro radical a sus planes. Las maletas —más de sesenta— ya están hechas, pero no con destino a Punta Cana ni a Portugal como se rumoreaba. La verdadera jugada maestra ha comenzado: la tonadillera regresa a Cantora.
Según ha revelado el periodista Kike Calleja en Vamos a ver, Pantoja ha abandonado Madrid, donde permanecía instalada en la urbanización La Finca, para volver a su residencia más simbólica: Cantora. El motivo es claro: reorganizar su vida personal y profesional desde su propio santuario y poner en marcha los dos ases bajo la manga con los que planea saldar su millonaria deuda con la Agencia Tributaria.
Disco grabado y documental en marcha: el plan secreto de Isabel Pantoja para pagar a Hacienda
Con su serie biográfica suspendida de forma indefinida, Isabel Pantoja se ha visto obligada a apostar todo a sus nuevos proyectos musicales y audiovisuales. Según fuentes cercanas, el documental sobre su vida avanza lentamente, aunque no ha sido cancelado del todo. Pero el verdadero golpe de efecto está en un disco ya completamente grabado, listo para ver la luz en las próximas semanas.
Se trataría de un trabajo que busca reconectar con sus fans de siempre, al tiempo que podría explorar la posibilidad de nuevas colaboraciones con artistas jóvenes para ampliar su audiencia y maximizar ingresos. Esta jugada no solo representaría un retorno mediático sino también un salvavidas económico que podría aliviar, al menos en parte, sus urgencias fiscales. Y, por si fuera poco, los visados para su gira americana siguen en pie, lo que indica que la cantante no ha abandonado del todo sus planes de internacionalización.
Cantora, el búnker emocional y financiero de la artista
Lejos de ser una simple escapatoria rural, Cantora se ha convertido en el centro operativo de la artista. Durante los últimos días, personal de confianza ha acondicionado la vivienda, que nunca estuvo completamente deshabitada. Tres sobrinas de José Mari, un íntimo amigo de la cantante, se encargaban del mantenimiento, pero recientemente ha sido contratada una persona interna para asumir responsabilidades de forma permanente.
El regreso a su mítica finca también ha provocado cambios en el círculo laboral de Pantoja. La empleada de confianza, Mariángeles, ha sido relegada a visitas ocasionales, un movimiento que ha generado tensión en el entorno más íntimo de la artista. Sin embargo, Isabel se muestra “feliz de volver a sus raíces”, según el testimonio de Calleja, y determinada a encarar la tormenta con un renovado sentido de propósito.
El calendario fiscal no espera, y Pantoja lo sabe. Con la presión de Hacienda al acecho y el fracaso de su estancia en Madrid —que formaba parte de un plan ahora desarticulado—, la cantante ha decidido pasar al ataque. Su equipo legal y artístico trabaja sin descanso para coordinar el lanzamiento del disco y acelerar la producción del documental, proyectos que serían la única vía inmediata de ingresos solventes. El tiempo apremia, y cada euro cuenta. Si estas maniobras no prosperan, el embargo total de sus propiedades podría ser cuestión de semanas. Sin embargo, quienes conocen bien a Isabel aseguran que la artista no se rendirá con facilidad.