El poeta y dramaturgo valenciano Miguel Hernández, en vida, fue el poeta del pueblo, el hijo de la luz que condenaron a la sombra, el autor de algunos de los textos más conmovedores de las letras españolas, como las Nanas de la cebolla, por poner un ejemplo. Pero además, el escritor fue un ferviente republicano, detenido por el dictador portugués Salazar, entregado a la Guardia Civil, apaleado durante días por los falangistas, encerrado por los franquistas y muerto en la prisión por tuberculosis después de un largo periplo represivo, el 28 de marzo de 1942, es decir, hace 79 años.

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Miguel Hernández

A raíz de esta efeméride, Pilar Rahola se pregunta en el Palabra de Rahola de este lunes, "¿Cuántas veces pueden morir las víctimas del odio, de los déspotas y de las ideologías totalitarias?". Y ella misma responde: "Mueren cuando son asesinadas y también cuando se las condena al olvido o cuando se minimiza y blanquea la represión". Es un mensaje dedicado expresamente al vergonzoso recordatorio que ha hecho el Instituto Cervantes de la muerte de Hernández. Se esperaría un homenaje digno a su condición de luchador por las libertades y de víctima de la represión fascista. Pero los del Cervantes han hecho un ejercicio de blanqueo asqueroso. ¿Qué han puesto?

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Rahola estalla, con razón:  "¿Nos dejó? ¿se fue de excursión? ¿de viaje? ¿de ejercicios espirituales? ¿¿Cómo que nos dejó??? Fue asesinado". Hay más. La escritora ha buscado la biografía de Miguel Hernández según el Instituto Cervantes. ¿Y qué pone?: "Toma parte muy activa en la guerra civil española", así, sin especificar su condición de republicano y de víctima: "Un ejercicio brutal, falaz, malvado, perverso y sucio de blanqueo de la dictadura y de la represión, que da absoluto asco. Miguel Hernández no merece un homenaje de esta naturaleza. Este es un homenaje a sus represores. Vergüenza".