Seguimos para bingo. España sigue coleccionando todos los números para conseguir el premio gordo a la infamia. La democrática, la jurídica, la moral. La cruzada europea contra el independentismo catalán y los exiliados Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín acaba de recibir el enésimo sopapo por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Y no será, seguramente, el último. Porque si algo ha demostrado este Estado, sus políticos y sus ejecutores togados es que de leyes no sabrán mucho (o no quieren saber), pero de tozudez y prácticas retrocidas, maquiavélicas y penosas, ah, en eso son Doctores Honoris Causa. Unos cracks que ni Mbappé, vaya. ¿Saben aquello bíblico de poner la otra mejilla? Pues en la meseta no tienen dos, no. Más bien son 57.

Pilar Rahola sentencia con su contundencia habitual el esperpéntico intento de arrebatar la inmunidad a los eurodiputados electos catalanes. Un bofetón más, pero qué bofetón: es "brutal y con mano seca, el que le ha dado el Tribunal de Justicia de la Unión Europea al eurodiputado Adrián Vázquez, honorable miembro del partido Ciudadanos, español de pro, patriota pata negra, a la resolución que acaba de publicar" al respecto. Una torta que "se oye desde Lima hasta Tombuctú". En España, sin embargo, hay un problema grave de sordera interesada y estratégica: "Sólo en España no la oyen porque viven fuera del planeta Tierra, en Raticulín". La referencia al famoso iluminado Carlos Jesús, el de 'Crónicas Marcianas', le va como un guante a los intereses rojigualdos en la persecución sistemática a Puigdemont y compañía. El 'Paraula de Rahola' que cierra la semana es un epitafio demoledor.

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Adrián Vázquez, cara visible del nuevo intento fallido del españolismo contra el independentismo en el exilio / Europa Press

"El TJUE le ha dicho al señor Adrián Vázquez, presidente de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, que lo que hicieron quitando la inmunidad parlamentaria al presidente Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí estaba radicalmente mal hecho, y que era una decisión tomada no desde una perspectiva jurídica y con las leyes en la mano, si no desde una perspectiva ideológica. Patapam, patapam, patapam". El método de Vázquez y sus amos recuerda al 'muera la inteligencia' que otro patriota españolista, el militar fascista Millán Astray, le habría dicho a Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca el 12 de octubre de 1936. O también a otra expresión mucho más coloquial: 'a por ellos'... y 'por cojones'. Dice verdades como puños: "El Vázquez este se tendría que esconder bajo las piedras de la vergüenza que tendría que sentir, pero seguramente le darán una medalla o lo recolocarán cuando Ciudadanos se hunda del todo". Porque "España no tiene vergüenza. Les es igual, continúan con una mentalidad profundamente antieuropea. De Europa sí que quieren el dinero. Pero la democracia, el estado de derecho, las ideas fundamentales y la seguridad jurídica, nada de nada".

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Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín / Europa press

Rahola explica para aquellos que no dominen demasiado la cuestión que "el TJUE, que también ha reñido al Tribunal General cuando les ha dicho que no lo hicieron bien quitando la inmunidad y no garantizándola, lo que ha hecho es decir "escúcheme, estos señores son eurodiputados, tienen plena inmunidad y además hay que reafirmarla porque ya tenemos antecedentes de ser detenidos". Por lo tanto, por si las cosas no estuvieran lo bastante claras, las dejamos rotundas. Vázquez, tururú. Eres un ideólogo y un patriota españolista, pero de ninguna de las maneras has hecho tu trabajo con justicia". La decisión "tendría que abrir un gran debate en los ambientes jurídicos españoles, en el Tribunal Supremo y los Llarenas de turno, porque no paran de recibir sopapos y sopapos y sopapos. ¡España no gana ni una! Si un día ganan una yo creo que harán en la Castellana una manifestación... con banderas españolas, claro". Que esperen sentados, porque Europa no les compra la moto. Ahora bien, "no pasa absolutamente nada, siguen a lo suyo como si no lo oyeran y como si no tuvieran vergüenza. Ay, calla. Es que no la tienen".

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El juez Pablo Llarena / ACN

Paralelamente a este disparate europeo, el Supremo español ha redoblado su apuesta. ¿Cómo? Activando aquello que conoce muy bien, la venganza. "Ahora se desdice a sí mismo y decidía que "donde dije digo", y no tocará los indultos, "digo Diego" y ahora los voy a revisar". Un ejemplo paradigmático de cómo funciona su cerebro... o mejor dicho, sus intestinos. "El mismo TS que en su momento aplaudió con las orejitas los indultos a Tejero, un señor que se había alzado en armas contra la democracia y había ocupado el Congreso de los Diputados, pero claro, era un fascista. Y los fascistas son otra cosa. Son patriotas". Exactamente lo que hicieron con los "simpáticos miembros del GAL, terrorismo de Estado, y que son los mismos que dicen que de eso de indultar a Carme Forcadell, Josep Rull, Oriol Junqueras o Jordi Sánchez, y a todo el resto de presos políticos, 'vamos a revisarlo'". Lamentable. Y el máximo ridículo posible: "El TJUE les está diciendo "qué barbaridades estáis haciendo, españoles, así no se hacen las cosas en el siglo XXI", la España decimonònica, reaccionaria, reactiva, la España de la caverna".

 

Todo esto es una nueva constatación del tipo de Estado que es el español. "No tienen remedio. No hay masa crítica, no hay partidos que se rebelen, no hay debate jurídico, hay cuatro sátrapas que hacen a lo que quieren mientras pasean la momia de un rey corrupto tranquilamente porque al fin y al cabo era el Jefe del Estado y en consecuencia tampoco hay que tocarlo. No hay en el mundo un nacionalismo tan fascistoide, tan reaccionario y tan irreformable como el español. Es la esencia misma del ultranacionalismo. Aquel que ha hecho tanto daño a la historia de los pueblos".