Paz Padilla nunca ha sido políticamente correcta. La actriz se ha hecho un nombre gracias a su manera grosera de hablar y su humor basto, y más de una vez ha acabado creando polémica por eso. Una nueva muestra ha sido la última entrevista que ha ofrecido, indignando con algunas de las afirmaciones que ha hecho en el plató de El Hormiguero.

Pablo Motos y ella evidenciaron su buen rollo, afirmando que son "compañeros y amigos" también fuera de cámara. Teniendo en cuenta este contexto, no extraña que este haya sido uno de los programas en los que más exaltada se ha mostrado la presentadora de Sálvame. Con la excusa de ir a Antena 3 a promocionar su nueva obra de teatro, Desatadas, han acabado protagonizando unas cuantas escenas que han indignado a los teleespectadores.

Todo empezaba, como decíamos, con una Paz Padilla contenta y divertida, comentando su nueva rutina de gimnasio: "Mi entrenadora personal me mata, acabo que no puedo ni moverme". Pero rápidamente pasaban a la parte más controvertida de la entrevista, cuando hacían un repaso por los últimos viajes que ha hecho.

La polémica vino a raíz de varios comentarios de Padilla riéndose de los chinos. Todo con el humor como excusa, pero dejando caer frases que indignaron a la red. Este verano fue de viaje por todo el país, y quiso resumir la experiencia a partir de unas cuantas anécdotas. "En China soy considerada como guapa. Me pedían fotos, ¡lo prometo! Es que en España no se tiene gusto...". Hasta aquí bien, pero todo estaba a punto de empezar.

"Allí se piensan que todo se tiene que expulsar. Sólo llegar vi como la recepcionista del hotel escupía en la basura, y en el lavabo no veas todo lo que sacan... Hay tantos chinos que cuando vas por la calle escuchas que la megafonía pide que continúes recto, que no nos paramos. Porque claro, si te paras, mueres chafado. Y como son todos iguales, a ver cómo descubres quién te ha matado". Primer tópico dicho, pero continuó.

Paz Padilla y Pablo Motos el hormiguero

"Cuando entras en el lavabo igual, tienen las puertas abiertas y entran allí las chinas a sacarlo todo mientras tú lo ves. ¿Y van rápido, eh? Con prisa. Es curioso porque ellas no se agachan, como todo lo tienen igual que los ojitos... Vi cómo una mujer lo sacaba todo. Y yo flipando, claro. Me puse en el lavabo de al lado porque quería hacerle una foto cagando. Hice una desde la parte superior de la puerta pero me quedó borrosa. Y cuando salió hice todo el posible porque quería una foto de su caca. Pero me empezaron a empujar todas, con lo que casi acabo pisando la caca," prosiguió explicando la anécdota. "Pero China es maravillosa, ¿eh? Recomiendo que vayáis. Aunque estos chinos lo acaparan todo".

Pero la comunidad china no fue la única que protagonizó sus historietas "divertidas". Padilla también quiso recordar su viaje a África, en el que sus pechos triunfaron: "Una mujer de allí me vio bailando y me tocó las tetas, que están muy bien puestas por 9.000 €. Y claro, ellas cuando se levantaban la camiseta para enjugarse el sudor del frente, dejaban ver sus pechos, que son como calcetines llenos de arena llegando hasta el ombligo. Y se quedaron muy sorprendidas de ver los míos tan firmes. Eso sí, lo que más me ha gustado de África es que allí todo tiene forma fálica".

Paz Padilla y Pablo Motos 2 el hormiguero

La actriz estaba desatada, y siguió haciendo un comentario que no gustó nada a la comunidad LGTBI. Pablo Motos estaba explicando que una vez su madre se enfadó con él al ver que le daba un beso en los labios a Boris Izaguirre, recuerdo que la gaditana aprovechaba para rememorar una anécdota: "Yo me he dado besos con mujeres a series. Con lengua y todo, qué fatiga... Le hice uno a Miriam y estuve dos días sin comer... No por ella, pero es que a mí eso no me ha gustado nunca", explicaba riéndose.

Eso sí, todavía no había tenido lo suficiente y centró sus dardos en los funcionarios: "Yo cuando iba al hospital, me recorría todos los departamentos explicando chistes. Quería ser funcionaria para tener un mes de vacaciones y Navidad", dejando caer que viven muy bien. Todo con el humor como excusa, pero enfadando a los teleespectadores.