El Hormiguero: el programa donde se mezcla el entretenimiento y el adoctrinamiento político. ¿Cómo coser estos dos elementos? Con el pegamento que emana su presentador: caspa. Pablo Motos se toma muy seriamente su tarea de altavoz del trifachito. Es un maestro, eso es innegable. El día que no vomita contra Catalunya, lo hace contra el gobierno del PSOE-UP o contra el objetivo del día de la tropa facha. No falla. Y no, el problema no es que critique la gestión de Pedro Sánchez, que eso es legítimo y comprensible. El tema es su argumentación, que da entre lástima y vergüenza.

Pablo Motos pececillos El Hormiguero

La última emisión del presunto show del valenciano nos ofreció su versión más moralista, fabulista y trilera. Nos toma por tontos, y bueno: es cierto que hay una parte enorme de su audiencia que aplaude con las orejas sus sandeces. No se puede calificar de otra forma la historieta de los "pececillos" que se organizan para hacer frente a enemigos temibles, como el coronavirus. Una vez explicado el cuento, nos hace un croquis por si alguien no se ha dado cuenta de que habla de los políticos. Sólo de algunos, claro está. "Podrían aprender de los peces. No hay egoistas, no hay ninguno que dice que no quiere estar en la cola porque quiere estar en la boca. Los españoles hemos cambiado nuestra vida entera para trabajar en equipo. ¿No vais a estar a la altura para que muera menos gente? Para que haya un equipo de verdad tiene que haber una propuesta honesta, sin politiqueo, respeto al adversario y sobre todo, la voluntad de que gana la mejor idea." Hummm. ¿Qué nos quieres decir, Pablito? "No la que dice el que manda, que además lleva muchos errores cometidos. Quizá ha llegado el momento de ser un buen pez en el lugar que te toque". Sánchez, a casa. Deja paso a los buenos, listos y expertos en todo. Tenemos para escoger: Abascal, Casado... o el fantasma de Rivera.

Pablo Motos lengua El Hormiguero

Pablo Motos El Hormiguero

Sabelotodo Motos no hace politiqueo. Qué va. Es un patriota, un experto en gestión de pandemias y un oráculo de 'tomo y lomo'.