El Chiringuito es el único programa diario de madrugada en directo en TV. Eso le da un plus de audiencia que aprovecha para hacer datos de un dígito pero les permiten sacar pecho:

Un 4,4% es una buena audiencia para el canal Mega pero una audiencia ínfima en el contexto de la TV. El 96,6% que miraban la tele de madrugada preferían teletienda o tarotistas. Pero Pedrerol hace creer que es apoteósico. El domingo hacía el ridículo en La Sexta y el lunes se refugiaba en su guarida para hacer buen share en Mega. Uno de los motivos podría ser el morbo de comprobar la fake new que sobrevoló la red todo el día: El Loco Gatti ha muerto. Su colaborador más esperpéntico, y eso es difícil, era víctima de una campaña infame. La muerte no es una broma| pero la falsa noticia corría como la pólvora:

El número 2 de Pedrerol salía a desmentirlo pero Pedrerol no tuiteaba nada en su cuenta. Unos decían que estaba enfermo, otros que se había estrellado en coche. Hastag #DEPGatti, descanse en paz. Un despropósito. Resultado: Pedrerol invita al exjugador argentino al programa y hace buena audiencia con un análisis que ya se hizo hace un año: repasar todas las jugadas mal arbitradas del Bayern-Madrid de la Champions pasada. Y el Loco Gatti de cuerpo presente, célebre por decirle a una tertuliana que se fuera a fregar y que el fútbol es de hombres, o por mostrar una agresividad más propia de hooligans barras bravas que de un exfutbolista.

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Mega

El silogismo que fake new comporta más audiencia puede hacer pensar que el rumor malintencionado provenía del propio Chiringuito. Demasiado delirante incluso para ellos. El programa más visceralmente anticulé de la TV sigue teniendo un imán para los seguidores del Barça, que lo miran como si fuera porno, sin confesarlo. El placer culpable de ver una cosa sesgada, tendenciosa, despótica y lo peor de todo, con ínfulas. Quien descansa en paz no es Gatti sino el periodismo deportivo. RIP.