Masterchef Celebrity ha arrancado su segundo programa empezando con una de las pruebas más divertidas que se recuerdan. Ahora bien, las lágrimas de Anabel Alonso después de una gran tensión hacia el final han sido las protagonistas. La audiencia ha apoyado esta nueva entrega, llegando a un espectacular 24,4% de share y seduciendo a casi tres millones de teleespectadores.

Con una competitividad cada vez mayor, los jueces empezaron queriendo premiar a José Corbacho por el buen papel que tuvo en el programa anterior. Él fue el encargado de formar parejas con el fin de realizar la primera prueba. Con uno de los miembros con la boca tapada, el otro tenía que cocinar un plato explicado íntegramente por dibujos y mímica del compañero.

La visita del concursante de Masterchef Junior, Jefferson, emocionó a los participantes, convirtiéndose en el ayudante de Corbacho; quien no acabó de entender los pasos que le indicaba. Entender según qué garabato era cada vez más complicado, destacando las bromas de Silvia Abril y Bibiana Fernández. Y eso que fueron ellas las ganadoras al cocinar el plato más parecido a lo que tenían que imitar.

Si la semana pasada la prueba de exteriores fue un auténtico desastre, la de esta semana tampoco es que haya ido bastante mejor. En esta ocasión se trasladaron a un parque de Madrid, en un guisado solidario en colaboración con Mensajeros de la Paz. El Padre Ángel y 80 personas más fueron los comensales de una prueba que empezó con cuchillos volando.

Y es que Silvia Abril fue la encargada de formar equipo, escogiendo qué concursantes quería descartar. Sin embudos, la catalana descartó a Carlos Baute al asegurar que no lo quería a su equipo: "Baute se ha dibujado como el más débil de todos los concursantes". Una dura afirmación que se convertía en un presagio, al acabar siendo él el expulsado de la noche.

Antes, sin embargo, vivieron una gran tensión mientras cocinaban los dos equipos el mismo menú: un cocido madrileño, albóndigas y rosquillas. Mientras Silvia Abril hacía de perfecta capitana repartiendo las tareas, Bibiana se perdió, sin poner orden. La parte más divertida llegó, eso sí, cuando los jueces hicieron que cambiaran de cocinas a mitad de la prueba; teniendo que acabar de cocinar los platos que habían empezado los otros.

Los platos salieron tarde, y todo era un desastre. Fue en este momento cuando se vivió uno de los instantes más tensos, cuando Pepón Nieto se puso al frente del equipo de Bibiana al ser ella incapaz. Ambos tuvieron sus más y sus menos, y finalmente Pepón fue escogido como mejor concursante de la prueba.

El resto del equipo tuvo que luchar a la prueba de eliminación final, donde Carlos Baute fue el centro de atención al bromear sus compañeros sobre sus dotes culinarios. Anabel Alonso, sin embargo, protagonizó un tierno momento al echarse a llorar decepcionada al enseñar su plato.

Sin embargo, acabó salvándose, y Juan Betancourt hiciera la sopa oriental mejor valorada. Carlos Baute fue el expulsado, después de que el jurado calificara su propuesta como "la nada absoluta".

¿Serán las galas siguientes así de tensas?