Marta Sánchez es una vieja gloria del pop español. No decimos vieja por su edad (57 años), nos referimos al tiempo que hace que no triunfa de manera abrumadora: 15 años. Una eternidad desde que publicara el polémico 'Colgando un tus manos' con el venezolano Carlos Baute; polémico porque la pareja artística acabó a tortas. Vuelven a ser amiguis, eso sí: incluso cantan, o lo intentan, en aviones que sufren turbulencias para tratar de tranquilizar al pasaje. Un reto fallido, pero a cambio al día siguiente ocupaba titulares. Ni mucho menos tan positivos como en la época de Olé Olé en los 80 o, ya en solitario, con el 'Soy yo' de 2002, pero ya saben el dicho: que hablen, incluso para mal.

Sánchez conoce bien la máxima porque sintió su potencia hace 5 años, cuando dejaba a todo el mundo de piedra con una ocurrencia delirante: ponerle letra al himno de España. La Martísima intentó que la 'Marcha Real' dejara de ser conocida como la canción del 'Lolololo' con un nuevo gesto de patriotismo extremo, como cuándo visitaba a las tropas españolas en la Guerra del Golfo. Un fracaso estrepitoso, por por otra parte: más allá de exaltados y horteras no hay ningún ser humano que recuerde las estrofas de su versión. De hecho estamos seguros que ni los españolistas pata negra sean capaces de hacerlo. Dicho de otra manera, Marta: es que tu "obra" es malísima. Un fiasco.

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Marta Sánchez cantando su himno de España en la final de la Copa del Rey / EFE

Marta Sánchez fracasa con su himno de España, pitada por un estadio prácticamente vacío

De lo que no se podrá quejar la cantante es de no haber disfrutado de oportunidades para popularizarlo. Lo han alabado en diarios y medios de su parroquia ideológica, lo ha cantado con Plácido Domingo y, hace un par de días, la Federación Española de Fútbol la contrató para interpretarlo antes de la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Osasuna en el estadio de La Cartuja de Sevilla. Sánchez formaba parte del cartel de estrellas que debían entretener a los 60.000 espectadores de la cita futbolística, junto a Alaska, Mario Vaquerizo, Soraya y Ozuna. En la imaginación de los responsables de la Federación la idea era espectacular. La realidad, sin embargo, fue otra. Especialmente la presencia de Marta Sánchez, a la que programaron mucho tiempo antes de que el árbitro decretara el inicio del partido. De hecho, tanto que no había ni público en las gradas, solo un 10% del aforo, siendo generosos. Este detalle es el que provoca el auténtico ridículo de Sánchez, la imagen es demoledora.

Afición Osasuna final Copa del Rey Twitter
Afición de Osasuna durante la actuación de Marta Sánchez en la final de la Copa del Rey / Twitter

Felipe y la infanta Sofía se ahorraron la actuación vergonzante de Marta Sánchez

La interpretación del himno de Marta acabó de coronar el esperpento, en el que solo faltaron Felipe y la infanta Sofía presidiendo el show desde el palco. Llegaron mucho tiempo después, quizás alguien retrasó el vuelo de vuelta desde Londres para no hacerles pasar vergüenza. Cuando acabó de gritar/cantar solo la aplaudían los aficionados merengues, seguramente por compasión. En cambio, los de Osasuna la silbaron sin miramientos, entrenándose para la gran pitada de la noche, precisamente cuando sonaba el himno oficial con el rey y su hija derechos y solemnes. Vaya, que el himno español acabó con dos grandes pitadas. Y después se quejaban del Barça, tú.

Sofía y Felipe final Copa del Rey EFE
La infanta Sofía y Felipe en la final de la Copa del Rey / EFE
Marta Sánchez himno España GTRES
Marta Sánchez / GTRES

Marta, amiga, déjalo ya. No hace gracia ni como broma. Pasa página por el bien del país que dices amar tanto.