En el mes de abril les informábamos que el ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, después de 8 años casado y 4 más en pareja, se separaba de la violinista parisina Anne Gravoin. Valls va por Barcelona diciendo que "el proyecto separatista ha fracasado". Pero lo que fracasó y la separación más explícita fue la suya con su mujer. Después de la separación de Albert Rivera de la madre de su hija después de tres años de matrimonio, o de la de Vargas Llosa, que dejó a la mujer por la Preysler, Valls era la nueva cara visible del unionismo que dejaba de estar unido. 

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La gran apuesta para la alcaldía de Barcelona de Ciudadanos, Manuel Valls, dijo en una entrevista a Ricard Ustrell el pasado mes de junio que "le había gustado el discurso del rey después del 1 de octubre". Hubiera estado bien que el periodista le hubiera preguntado si también le había gustado tanto el vídeo que hizo durante toda la jornada del 1-O por los colegios electorales la burguesa unionista Susana Gallardo. Heredera y accionista de la farmacéutica Almirall, exmujer del fundador de Pronovias, Alberto Palatchi, Gallardo se paseó cámara en mano para "denunciar" que había podido votar muchas veces: ¡esta democracia catalana es de puta madre, nunca había votado tanto en mi vida! Como son tan demócratas me dejarán votar tres o cuatro veces".

"Tienen que ver que la realidad catalana no son ellos, somos mucha gente y que no nos tenemos que esconder. ¡No pasa nada!", decía Gallardo satisfecha. Quien no se escondió de hacerse fotos con ella en Menorca fue Manuel Valls, desplazado este verano a la isla para inaugurar una sala de un antiguo hospital. 

Él, sin embargo, y en teoría, había dejado a la violinista por una diputada conservadora, Olivia Gregoire. Pero según LOC del diario El Mundo, esta relación ya es historia y se confirma que el aspirante a hacer carrera política en Barcelona ha encontrado nuevamente el amor en esta rica burguesa catalana.

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Desde que se conocieron a finales de julio, cuando Gallardo hizo de anfitriona suya, la heredera de los laboratorios Almirall y una de las grandes fortunas catalanas le enseñó todos los rincones de la isla y de las Baleares pusieron rumbo, juntos, hacia Marbella, donde, por cierto, explican que los paparazzis les han pillado haciéndose confidencias en una imagen que podría publicarse la próxima semana en alguna revista del corazón.

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Un cortejo que ya es una realidad y que llega en un momento determinante para Valls, después de llevar unos meses reuniéndose con empresarios y personalidades políticas. Y yendo del brazo de su nuevo amor, con quien estuvo en un hotel wellness de la ciudad malagueña y yendo los dos a conciertos. Por ejemplo en el Starlite de Marbella, donde pudieron ver en directo a Sting o Estopa, con Valls y Gallardo entrando por la puerta de atrás gracias a un amigo para poder evitar a los fotógrafos. El candidato a la alcaldía entra por la puerta de atrás en los conciertos, pero espera entrar por la puerta de delante de la ciudad de Barcelona.