José María Sanz Beltrán, más conocido como Loquillo, es una de las figuras más emblemáticas del rock español. A sus 64 años, sigue manteniendo la fuerza y el carácter que le hicieron famoso. Pero su camino no fue fácil. La música fue su vía de escape de una juventud marcada por la precariedad y la vida en un piso pequeño en Barcelona.
Loquillo nació en 1960 en Barcelona, en pleno barrio de El Clot. Crecer allí no fue sencillo. Recuerda que compartía un espacio reducido con varias personas. “Vivía en un piso de 48 metros cuadrados con cinco personas. Entonces, o sales de ahí o te conviertes en una rata”, confesó en una entrevista para Jot Down. Esa necesidad de escapar fue lo que le impulsó hacia la música y la cultura urbana.

Todo empezó a finales de los 70
Su primer contacto con el mundo artístico fue escribiendo en revistas musicales. Luego llegó a los escenarios, formando grupos que marcarían toda una generación. A finales de los 70, junto a Carlos Segarra de Los Rebeldes y otros amigos, formó Teddy Loquillo y sus compañeros. Más tarde se unió a Los Intocables, donde coincidió con Sabino Méndez, con quien posteriormente fundaría Loquillo y Trogloditas.
Esa banda se convirtió en un referente del rock español de los 80, dejando canciones icónicas como Cadillac solitario, La mataré o El rompeolas. El éxito llegó con grandes giras, contratos con multinacionales y el reconocimiento del público. Sin embargo, la vida artística también trajo discrepancias internas, que llevaron a Sabino a abandonar temporalmente la banda.
Loquillo no se detuvo. Su capacidad para reinventarse le permitió explorar otros géneros y proyectos. Ha pasado del rock al swing, ha producido documentales y obras de teatro, e incluso ha probado la actuación cinematográfica. A lo largo de más de tres décadas, se ha mantenido en primera línea gracias a su talento y determinación.

Más de tres décadas siendo una referencia
El personaje Loquillo nació de la combinación de su actitud, estética y carisma sobre el escenario. Según él mismo explica, fue con el disco Dónde estabas tú en el 77 (1984) cuando empezó a tomar forma. Antes, solo eran intentos y aproximaciones. Pero el público lo consolidó como un ídolo, distinto al resto. Su figura se forjó en un contexto en el que el punk español llegaba tarde y la normalidad imperaba entre los jóvenes de la época.
Loquillo recuerda sus influencias: The Clash, Ramones y las bandas madrileñas como Nacha Pop o Alaska y los Pegamoides. Todo ello mezclado con la vida de barrio de Barcelona y el deseo de escapar de la realidad limitada de su juventud. Para él, la música era una salida y una forma de sobrevivir y proyectarse más allá de los 48 metros cuadrados que compartía con su familia y amigos.